El juicio oral estuvo a cargo del Tribunal en los Correccional 2 de San Nicolás, integrado por Rubén Edgardo Enz, Gladis Silvina Biglieri y Amalia María Bomon, quienes entre el 28 de de febrero y ayer llevaron a cabo el debate y dictaron sentencia condenatoria.

Durante el juicio declararon 25 testigos, entre peritos policiales, policías, médicos, amigos y vecinos de las víctimas. Los jueces condenaron a Micucci (53) a dos años y seis meses de prisión -no efectiva-, más seis años de inhabilitación para conducir todo tipo de rodado.

El fiscal Hernán Granda, a cargo de la acusación, había solicitado una pena de 4 años de prisión efectiva para el inspector, atenuada porque los jóvenes no llevaban casco y porque Portugal tenía una dosis de alcohol en sangre mayor a la permitida.

La querella, a cargo de Daniel Castiñeiras, solicitó por su parte 5 años de prisión efectiva, uno más que la fiscalía, porque las víctimas fueron dos, mientras que el defensor oficial --que no se hizo presente a la audiencia final al igual que Micucci-- había solicitado la absolución.

El abogado Castiñeiras contó esta mañana que, a su criterio, "la pena no fue la adecuada para el acusado". "Esperábamos la máxima, que es de 5 años, en base al artículo 84 del Código Penal, pero el tribunal no entendió eso", expresó. "Respetamos la decisión, pero seguramente apelaremos la medida, ya que no quedamos para nada conformes porque para nosotros hubo un doble homicidio", añadió el abogado.

El hecho ocurrió la madrugada del 21 de marzo de 2010 en la esquina de Gallo y Belgrano, de Baradero, donde Giménez y Portugal fueron embestidos por la camioneta Ford F.100 de la Dirección de Tránsito Municipal que conducía el inspector, quien los perseguía cuando iban en moto.

Tras el impacto, la moto golpeó contra el cordón, los dos ocupantes salieron despedidos y cayeron al suelo, lo que le provocó la muerte casi en el acto a Giménez. En tanto, el otro adolescente resultó gravemente herido y fue trasladado al Hospital de Baradero, donde murió poco después.

Tras conocerse el episodio, familiares, amigos y vecinos de las víctimas fueron hasta el Palacio Municipal y realizaron una dura protesta, ya que culpaban a los inspectores de tránsito. Según algunos testigos, los inspectores perseguían a la moto y la encerraron para detenerla y labrar una infracción a los tripulantes porque aparentemente no llevaban cascos.