El anuncio fue hecho por el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem. Sin embargo, un documento de la Comisión Europea admitió que el costo del rescate aumentó de 17 mil millones a 23 mil millones de euros, debido a la incertidumbre durante la semana transcurrida entre el primer plan fallido y el acuerdo definitivo de fines de marzo. La suma es más del doble del préstamo que le concedió la UE.

Por este motivo, el presidente de la isla, Nicos Anastasiadis, anticipó que pedirá una asistencia técnica suplementaria a sus socios europeos e indicó que en ese sentido le escribirá al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, y al titular de la Unión Europea, Herman Van Rompuy.

"La carta a Barroso y Rompuy evocará la necesidad de modificar la política europea hacia Chipre, procurando una asistencia mayor, dados los tiempos críticos que estamos atravesando a causa de la crisis económica y de las medidas que nos han impuesto", dijo el mandatario.

Para recibir el salvataje, Chipre tendrá que apuntalar las cuentas fiscales, por lo que deberá aportar más dinero de sus propios recursos; por ejemplo a través de un impuesto obligatorio a los depósitos de más de 100 mil euros. También se prevé que aumente la imposición fiscal a las empresas, gravar las ganancias del capital e ingresos por privatizaciones.

Ahora, el paquete aprobado por la Eurozona será sometido a la aprobación de parlamentos nacionales, de manera que el primer tramo de la ayuda podría llegar recién en la primera quincena de mayo. Así y todo, Bruselas pronostica que la economía chipriota caerá un 12,5 por ciento entre 2013 y 2014, debido al impacto del rescate.