El TOF 3 de San Martín condenó también a la esposa de Souto, Ana Moyano, a 24 años de prisión; a su hija Jennifer Souto, a 17; a su cuñada Celeste Moyano, a 19; a Federico Esteban Maidana, a 21 y a Elías Emanuel Vivas, a 18 años, y absolvió a la única imputada que era menor de edad cuando se cometió el asesinato.

El juicio por el secuestro y asesinato del joven había comenzado en octubre pasado con la lectura del requerimiento de elevación a juicio y la presencia de los once acusados y alrededor de 50 amigos y familiares de la víctima. Berardi fue secuestrado cuando volvía de una fiesta de egresados en septiembre de 2010 y asesinado, tras intentar fugarse de sus captores, en la ciudad bonaerense de Tigre. Aunque pidió ayuda a los vecinos, no logró convencerlos, ya que familiares de la banda que lo retenía gritaron que era un ladrón y lograron recapturarlo. “Creemos que la única manera de poder rehacer nuestras vidas es que estas personas queden presas de por vida o que tengan la pena máxima que existe en la Argentina”, había dicho en aquella oportunidad María Inés Daveiro, madre de la víctima.

Los principales acusados eran los integrantes de la familia de Richard Fabián Souto, de 45 años, el herrero uruguayo propietario del galpón de Benavídez, partido de Tigre, donde la víctima estuvo cautiva. Souto fue señalado en la causa como el autor material del crimen, ya que un peritaje detectó rastros de deflagración de pólvora en sus manos. Sin embargo, un testigo de identidad reservada señaló a otro de los imputados, su concuñado Néstor Facundo Maidana, alias “Chino” (24), como el ejecutor del disparo que mató a Berardi, de 16 años.

El secuestro ocurrió durante la madrugada del 28 de septiembre de 2010 y ese día, tras su intento de huida, fue ultimado con una pistola calibre 11.25 milímetros.