Viernes, 11 de abril de 2014 | Hoy
18:07 › NINGUNO COMO éL
Fue uno de los actores más relevantes y talentosos de la escena nacional. La vastedad de su trayectoria iniciada en 1955 lo convirtió en un icono del teatro y del cine, donde protagonizó 40 películas desde la denominada “época de oro” de la pantalla grande. Falleció a los 84 años en su casa a causa de un problema respiratorio por el que había sido operado hace cuatro meses. Es velado en el Salón de los Pasos Perdidos, del Congreso nacional, y el sepelio será mañana al mediodía en el Cementerio de la Chacarita.
Desde su debut profesional, hace 59 años, Alfredo Alcón protagonizó películas clave del cine argentino, entre ellas "Nazareno Cruz y el lobo", de Leonardo Favio, en 1975, uno de los films vistos de la historia del cine nacional, con 3,5 millones de espectadores.
También fue el actor principal de "El santo de la espada" (1970), "La maffia" (1972) y "Los siete locos" (1973). Obtuvo el Oso de Plata en el Festival Internacional de Cine de Berlín y que dirigió el argentino Leopoldo Torre Nilsson, con quien compartió varios trabajos consagrados, entre ellos "Boquitas pintadas" (1974), Concha de Plata y Premio Especial del Jurado en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián.
Su última actuación fue el año pasado en la obra teatral "Final de partida", que también dirigió, en el Teatro San Martín. El actor Joaquín Furriel, quien lo acompañó en esa obra, lo consideró un "faro". "Fue protagonista no sólo de su vida sino de una época, un actor extraordinario", declaró.
Sobre las tablas, Alcón interpretó personajes de obras de William Shakespeare, Federico García Lorca, Arthur Miller, Tennessee Williams, Henrik Ibsen, Eugene O'Neill y Samuel Beckett, entre muchos otros autores clásicos del teatro.
Alfredo Félix Alcón Riesco había nacido el 3 de marzo de 1930 en el barrio porteño de Liniers, aunque otras versiones afirman que fue en la localidad bonaerense de Ciudadela, en las afueras de la capital. Estudió en el Conservatorio Nacional de Arte Dramático y a poco de recibirse se sumó al ciclo "Las dos carátulas", que en 1951 se emitía por Radio del Estado, hoy Nacional, donde también tenía que leer informes del Mercado de Hacienda.
Su debut en el teatro fue en la obra "Colomba", dirigida por Juan Carlos Thorry, y en 1955 actuó en el film "El amor nunca muere" como galán de Mirtha Legrand. En el plano internacional, filmó "Los inocentes" (1964) bajo las órdenes del español Juan Antonio Bardem y en 1978 rodó en España "Cartas de amor de una monja" (1978), de Jorge Grau.
También tuvo una prolífica carrera en televisión, donde actuó en "Yerma", "Hamlet", "Otelo", "Por el nombre de Dios", "Vulnerables", "Locas de amor" y "Herederos de una venganza", su última aparición en la pantalla chica. Su fallecimiento generó conmoción entre sus colegas y todo el ámbito cultural y político argentino.
El actor Roberto Carnaghi calificó a Alcón como "un ser divertido, maravilloso". "Fue un actor popular y que hizo teatro del primer nivel con una gran responsabilidad y una ética sobre el trabajo. Respetó siempre a los compañeros", destacó.
Para Lito Cruz, "si bien Alfredo se nos fue físicamente, dejó una enseñanza no sólo sobre un escenario sino sobre la vida. Un gran compañero de trabajo que siempre estaba dispuesto a rendir al máximo en cada una de sus actuaciones", lo recordó.
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