Viernes, 8 de agosto de 2014 | Hoy
14:48 › OTRA VEZ AL ATAQUE
Aviones de Estados Unidos atacaron a islamistas radicales en Irak, horas después de que el presidente Barack Obama autorizara el uso de la fuerza militar para frenar un avance de los extremistas que amenaza a miles de civiles y a personal norteamericano aún presente en el país.
El vocero del Pentágono, almirante John Kirby, confirmó que dos cazabombarderos F-18 lanzaron por la mañana bombas de 230 kilogramos contra una pieza de artillería del grupo islamista Estado Islámico (EI) y contra el camión sobre el que estaba posicionada. El ataque marca la reanudación de la intervención militar de Estados Unidos en Irak luego de que Obama ordenara el fin de la misión de combate y de que las tropas norteamericanas abandonaran el país árabe, a fines de 2011, después de ocho años de guerra que comenzó con la invasión de 2003 para derrocar a Saddam Hussein.
Por la tarde, Washington decidió lanzar una nueva ronda de bombardeos aéreos sobre Erbil, donde los islamistas del EI combaten a las fuerzas kurdas que defienden la norteña ciudad. Los aviones despegaron desde el portaaviones USS George H.W. Bush, desde el Golfo Pérsico, agregó Kirby, quien dijo que no estaba claro cuántos islamistas podrían haber muerto.
Declarando que su país ahora "llega para ayudar", Obama anunció anoche que dio luz verde a bombardeos limitados para impedir un "genocidio" y detener el avance del EI, que ayer tomó la ciudad cristiana más grande de Irak y que se sitúa ahora sobre las fronteras mismas del Kurdistán. Al mismo tiempo, el mandatario informó que aviones militares de Estados Unidos, a pedido de Bagdad, ya habían comenzado a lanzar ayuda humanitaria a decenas de miles de iraquíes de minorías religiosas que están en una montaña cercana al Kurdistán rodeados por los extremistas, sin agua ni alimentos.
El jefe del Pentágono, Chuck Hagel, de visita en India, dijo que las fuerzas de Estados Unidos tenían información y recursos suficientes como para identificar a los yihadistas y atacarlos, tanto con aviones tripulados como sin piloto, si amenazaban los intereses estadounidenses, informó la cadena CNN.
Por su parte, la ONU anunció que está preparando un corredor humanitario para facilitar la evacuación de civiles de zonas de Irak tras el inicio de la intervención estadounidense.
Consciente del rechazo de los estadounidenses a una nueva guerra, Obama reconoció que las acciones militares serán causa de preocupación para sus compatriotas, aunque insistió en que no volverá a desplegar tropas terrestres y en que la crisis no se solucionará sólo con la intervención armada de su país.
Mientras tanto, funcionarios iraquíes y kurdos saludaron la decisión de Obama de enviar ayuda, que busca paliar las penurias de unos 200.000 desplazados por los combates, en su mayoría miembros de la minoría yazidí y algunos cristianos. El anuncio de Obama llegó luego de que el EI tomara ayer la ciudad cristiana más grande de Irak y zonas circundantes y se situara ya en las puertas del Kurdistán, en uno de los hechos más dramáticos desde que lanzó una ofensiva, en junio, con la que conquistó extensas zonas del norte y oeste de Irak. Las conquistas de junio del EI incluyeron a Mosul, la segunda ciudad e Irak, y los milicianos lograron ayer hacerse con el control de la represa de esa ciudad, la más grande del país, tras una semana de enfrentamientos con combatientes kurdos.
La toma de la represa sobre el río Tigris, que pasa por Bagdad, es un hecho altamente preocupante, ya que el EI podría provocar la inundación de la capital y afectar seriamente los suministros de energía eléctrica en extensas zonas de Irak.
El EI está considerado más radical que Al Qaeda, y recientemente ha declarado un califato en las áreas que controla en Irak y en la vecina Siria, donde combate para derrocar al gobierno de Damasco. En las ciudades sirias e iraquíes conquistadas, los combatientes del EI han obligado a los no musulmanes a convertirse, o abandonar sus casas o enfrentar la muerte.
La toma de ayer de Qaraqosh, la ciudad cristiana más grande de Irak, cerca del Kurdistán, y de otras zonas circundantes también provocó un enorme éxodo de otros 100.000 cristianos. Alarmado por los hechos, el papa Francisco hizo ayer un llamado "urgente" a la comunidad internacional para que ayude a los desplazados, mientras que el Consejo de Seguridad condenó anoche la ofensiva del EI en una reunión a pedido de Francia.
El Vaticano, por su parte, anunció que el papa enviará en los próximos días a Irak a uno de sus cardenales, Fernando Filoni, para analizar la situación de los cristianos y llevarles su mensaje de solidaridad. En París, el presidente de Francia, Francois Hollande, apoyó los bombardeos estadounidenses contra el EI en Irak y llamó a la Unión Europea (UE) a "desempeñar un papel activo" en respuesta la "catastrófica" situación.
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