"La convocatoria a la marcha fue superclara: verdad y justicia ahora", afirmó Pizarro y criticó "la falta de voluntad política" para juzgar los crímenes de la dictadura. La tradicional marcha, convocada por la Asamblea Nacional por los Derechos Humanos, pasó por primera vez frente al Palacio de La Moneda, la sede del gobierno que el día del golpe fue bombardeada por militares.

En ese momento, se realizó un minuto de silencio y se reprodujo, a través de un sistema de altavoces, el célebre discurso que el presidente Salvador Allende pronunció poco antes de morir, mientras La Moneda era asediada por los militares.

Luego, los manifestantes marcharon hasta el Cementerio General, donde se levanta el memorial en homenaje a las víctimas de la dictadura. Entre los manifestantes se identificaron insignias de partidos y organizaciones de izquierda, agrupaciones estudiantiles, juventudes de los partidos de la coalición gobernante e incluso barras bravas de los clubes de fútbol Colo Colo y Universidad de Chile.

En Colonia Dignidad, a unos 355 kilómetros al sur de Santiago, familiares de personas torturadas y desaparecidas pudieron llegar por primera vez hasta la fosa en que, según la Justicia, se inhumó y exhumó ilegalmente a opositores durante la dictadura.