Jueves, 23 de febrero de 2006 | Hoy
16:18 › LA FILIAL ARGENTINA PARTICIPO EN 1976 DEL SECUESTRO DE SU COMISION GREMIAL
La empresa estadounidense Ford Motor Company y su filial Ford Argentina fueron demandadas hoy en la Justicia civil por el secuestro en 1976 de su comisión gremial interna y los sobrevivientes pidieron a la Justicia penal que ordene la captura del ex presidente de la compañía en el país y tres ejecutivos más.
El abogado Tomás Ojea Quintana, que patrocina al querellante Pedro Norberto Troiani, ex delegado sindical de Ford que asegura haber sido secuestrado en el interior de la fábrica de la localidad bonaerense de General Pacheco, hizo sendas presentaciones, una en el juzgado en lo civil 35, de José Bournissen, y otra en el juzgado federal tres, de Daniel Rafecas.
La denuncia penal solicitó la detención y declaraciones indagatorias del ex presidente de Ford Argentina, el chileno Nicolás Enrique Courard; del ex gerente del grupo, el austríaco Pedro Müller;
de su ex responsable de relaciones industriales Guillermo Galárraga; del ex jefe de seguridad, ex militar Héctor Francisco Sibilla; y del ex director de la Escuela de Ingenieros, el militar retirado Antonio Francisco Molinari.
En la fábrica que Ford tiene en Pacheco trabajaban unos 5.000 obreros y allí producían el modelo Falcon, que en su versión de color verde castrense, se convirtió en el auto emblemático de la represión ilegal, porque en ellos se secuestraba a ciudadanos y los traslababan, casi siempre en el baúl, a los centros clandestinos.
"Algunos fuimos secuestrados por las Fuerzas de Seguridad en el interior de la fábrica, y trasladados a un precario centro clandestino de detención ubicado en la zona del campo de deportes de la fábrica", recordó Troiani y detalló que "allí nos encapucharon, nos golpearon, sufrimos simulacros de fusilamiento y fuimos sometidos a torturas. A algunos se les aplicó la picana eléctrica, otros fueron obligados a orinar y a defecar en los zapatos".
En total, 24 delegados de la comisión gremial interna y empleados de Ford fueron secuestrados en 1976, según la presentación. Francisco Guillermo Perrotta, otro ex empleado de Ford que asegura haber sido privado de la libertad, dijo que "estas dos personas (los secuestradores), las que me llevaron en el auto, me dijeron que la foto (la foto de la acreditación de Ford con la que fue
identificado) la habían obtenido de la oficina de personal". El ex supervisor de la empresa Alfredo Juan Yandet recordó que "en varias oportunidades sí pude ver algunos militares que entraban y salían de la Oficina de Personal con carpetas y portafolios".
Los denunciantes aseguraron que "la empresa Ford urdió y ejecutó un plan preciso y concreto para deshacerse en forma violenta de la actividad gremial y sindical, con el objetivo de crear un Terrorismo de Empresa que le permitiera reducir personal indiscriminadamente y sin mayores costos, acelerar sin problemas las líneas de producción hasta casi la explotación, ignorar las insalubres condiciones de trabajo".
Vicente Ismael Portillo, otro secuestrado, testimonió que "las fuerzas militares utilizaron para los secuestros medios suministrados por la empresa y declaró que cuando fue secuestrado lo arrojaron en una camioneta Ford, y al igual que Ballestero y Propato en sus declaraciones, dijo que los militares utilizaban camionetas F100 que eran aportadas por la empresa."
La demanda que se presentó hoy en la Justicia civil y la ampliación de la denuncia en el fuero federal es la primera acusación contra ejecutivos por su presunto compromiso con la 'guerra sucia', y según Ojea Quintana se basa en el caso del empresario alemán Friedrich Flicke, que en 1947 fue condenado a siete años de cárcel por colaborar con el III Reich.
Fuente: DYN
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