Viernes, 20 de octubre de 2006 | Hoy
17:21 › COLOMBIA
El presidente colombiano, Alvaro Uribe, señaló hoy a las FARC como responsables del ataque con un coche bomba en una universidad militar en Bogotá que causó el jueves heridas a 24 personas, suspendió cualquier gestión para una reunión con los rebeldes y ordenó rescatar a sangre y fuego a los secuestrados.
El discurso de Uribe fue recibido con pesimismo por diversos sectores que veían como las partes se venían acercando día a día e incluso el gobierno estaba dispuesto a desmilitarizar dos municipios del suroeste colombiano para negociar el intercambio humanitario.
El mandatario también desautorizó la gestión que realizaban un grupo de facilitadores de paz con las FARC e indicó que el gobierno no caerá en la trampa de la guerrilla "que trafica con el dolor de los familiares de los secuestrados en búsqueda de una zona de despeje para recuperar su capacidad terrorista".
"Mientras persistan estas acciones terroristas hoy el único camino que queda es el rescate militar y policivo de los secuestrados", dijo Uribe desde el sitio donde el jueves los rebeldes detonaron el cochebomba.
Asimismo, calificó a la cúpula de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) como "fantoches" que se refugian ilegalmente en las selvas de Ecuador y Venezuela, donde se "lucran del negocio de la coca", y pidió colaboración a esos países para impedir que "el terrorismo" ingrese a sus territorios. También pidió ayuda militar para lograr el rescate de los rehenes en poder de los insurgentes.
Al menos 24 personas resultaron heridas al explotar un coche bomba estacionado en una universidad militar ubicada en el norte de Bogotá, en el más importante destacamento militar de Colombia y en momentos en que el comandante del Ejército, el general Mario Montoya, daba una conferencia.
El jefe de Estado también ordenó el refuerzo de la política de pago de recompensas y una lucha frontal "contra los terroristas" y "paramilitares no sometidos a la justicia".
Del mismo modo hizo un llamado a las fuerzas militares para que hagan una "lucha frontal contra los actos terroristas" y eviten nuevos errores militares como los presentados en los últimos meses, al tiempo que conminó a los oficiales que no estén comprometidos en la lucha contra las FARC y el narcotráfico a renunciar.
Tras el pronunciamiento del jefe de Estado, Yolanda Pulecio, la madre de la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, quien este viernes cumplió 1.700 días en poder de las FARC, rechazó el discurso de Uribe y afirmó que el mandatario "no tiene compasión de las familias de los secuestrados y los condenó a muerte".
"Estoy golpeada y las frases del presidente para mi son peores que la bomba porque es condenar a muerte a todos los que están secuestrados. Sabemos muy bien que los operativos militares son igual a la muerte. Estoy muy dolida, tengo el alma rota. Al presidente no le importamos nada", indicó.
También le recordó a Uribe que tiene un "compromiso de Estado" con los tres países facilitadores (Francia, Suiza y España) de hacer las gestiones tendientes a realizar un "intercambio humanitario" con las FARC.
Por su parte, Marleny Orjuela, directora de una fundación en pro de la libertad de los rehenes, condenó a un fracaso el rescate a sangre y fuego de sus familiares y señaló que las palabras de Uribe les cayeron "como agua hirviendo".
Al conocer las palabras de los familiares de los secuestrados en poder de las FARC, el ministro colombiano de Interior y de Justicia, Carlos Holguin, manifestó que comprendía el dolor de esas personas pero indicó que el gobierno no puede quedar sin actuar ante un desafío como el realizado el jueves por los insurgentes.
El Secretario de la Conferencia Episcopal Colombiana, monseñor Fabián Marulanda, uno de los hombres de la Iglesia Católica que con más ahínco trabajaba en busca del intercambio humanitario, señaló que espera que el mandatario reflexione y más adelante "recoja sus palabras". "Es un pronunciamiento que causa mucha sorpresa por lo vehemente.
Este pronunciamiento es como un bumerang contra el mismo Ejército que ahora tendrá que producir hechos concretos en su lucha contra la subversión", indicó.
A su turno, el senador por el opositor Polo Democrático Alternativo (PDA), Gustavo Petro, aseguró que los responsables de la bomba cumplieron su misión de cerrar todas las posibilidades a un eventual canje con las FARC y acusó a Uribe de sabotear todos los intentos que se han realizado para un intercambio humanitario.
El gobierno colombiano y las FARC adelantaban un acercamiento para negociar un canje de rehenes por rebeldes presos en cárceles. Entre los secuestrados se encuentran Betancourt, tres estadounidenses y decenas de militares, policías y líderes políticos.
Fuente: DPA
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