La decisión fue adoptada en Pretoria, Sudáfrica, por el director general de la UNESCO, Koichiro Matsuura, siguiendo las indicaciones del Comité Consultivo Internacional de dicho programa.

El Programa Memoria del Mundo, creado en 1992, determina el patrimonio documental de importancia internacional, regional y nacional, lo inscribe en un registro y otorga un logotipo para su identificación, facilitando su preservación y acceso.

La distinción, según informó la Secretaría de Derechos Humanos, equivale a "los sitios de notable valor universal incluidos en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO".

De esta manera, "se considera que su importancia trasciende los límites del tiempo y de las distintas culturas, y que deben preservarse para las generaciones actuales y futuras, y ser puestos de alguna forma a disposición de todos los pueblos del mundo".

La información incorporada al programa de la UNESCO lleva por nombre "Patrimonio Documental sobre Derechos Humanos en Argentina relativo al período 1976-1983. Archivos para la Verdad, la Memoria y la Justicia frente al terrorismo de Estado".

Este trabajo de recopilación fue coordinado por el Archivo Nacional de la Memoria de la Secretaría de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia, y participaron en su preparación organismos oficiales de las provincias de Buenos Aires, Tucumán, Chubut y Santa Fe, entre otros, así como entidades de derechos humanos como Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, CELS, APDH, SERPAJ, etc.

Está integrado por 29 piezas documentales y dividido en tres partes: la producida por el aparato represivo del Estado que actuó entre 1976 y 1983, e inclusive antes y después de esos años; la generada por personas y organizaciones que resistieron la dictadura militar y la que contienen documentos producidos por el Estado Nacional y los provinciales a partir de la recuperación de la democracia.