Según el portal, cuyos periodistas tuvieron acceso a los resultados de los análisis de las cajas negras, indica que poco antes de aterrizar, la palanca de la turbina derecha del avión estaba en posición de aceleración, cuando debería estar en punto muerto, como estaba la de la turbina izquierda.

Al aterrizar, los sistemas electrónicos del avión habrían interpretado esa contradicción entre ambas palancas como una intención del piloto de acelerar y no de frenar, y las turbinas procedieron a acelerar automáticamente.

Los datos revelan además que los frenos aerodinámicos y el freno automático de las ruedas tampoco funcionaron, dice Folha.

La página señala también que otra hipótesis, "menos probable" pero que no puede ser descartada, es la de que haya ocurrido un desperfecto en el sistema eléctrico del avión, que sumado al error humano o en forma aislada, pudo haber contribuido al accidente.

Otro posible error del piloto pudo haber provocado la aceleración anormal de la aeronave.

Sería el hecho de que sólo el reversor -equipo que ayuda a frenar la aeronave- de la turbina izquierda estaba colocado en posición "máxima", cuando los reversores de ambas turbinas deben estar en esa posición, aunque uno de ellos estuviera inactivo.

Días antes del accidente había sido detectado un problema en el sistema hidráulico del reversor derecho de la aeronave, por lo que había sido desactivado.

La cúpula directiva de TAM dijo al respecto que, según los manuales de Airbus, el avión puede continuar funcionando con uno de los reversores desactivados hasta diez días después de detectado el desperfecto sin que se corran riesgos.

Debido a que el accidente con el vuelo 3054 de TAM fue el tercero ocurrido por el mismo error de los pilotos -los otros fueron el de Filipinas en 1998 y el de Taiwan en 2004-, la fábrica Airbus divulgó la semana pasada un comunicado.

En la nota, la empresa alertó a los operadores de sus aviones sobre la necesidad de cumplir las dos operaciones: poner las palancas de las turbinas en punto muerto, y poner las dos turbinas en posición de reversor máxima aunque uno de los reversores esté inactivo.

Las últimas frases de los pilotos minutos antes de que el avión patinara en la pista principal del aeropuerto de Congonhas, atravesara una avenida y se estrellara contra un depósito de cargas fueron dramáticas.

"Desacelera, desacelera, desacelera!", "No da, no da, no da!", y luego "Dobla, dobla, dobla", se pudo escuchar.

La fuente citada por Folha no quiso revelar las palabras finales captadas antes de la explosión.