El episodio, ocurrido cerca de las 11, afectó a chicos de primer año, que sintieron cefaleas y náuseas, síntomas típicos de intoxicación con gas, y fueron trasladados al Fernández y al Rivadavia, aunque ninguno en estado de gravedad, según informó el titular del SAME, Alberto Crescenti, quien se hizo presente en el lugar.

El resto de los chicos fueron llevados, primero a un patio externo del Instituto ubicado en Carlos Pellegrini 1515, y una hora antes de la finalización de la jornada, cerca de las 12, se los dejó salir.

El establecimiento, que depende del Gobierno de la Ciudad, cuenta con cerca de un millar de alumnos en los dos turnos y tiene tres niveles: primario, secundario y terciario.

No bien se dio aviso, personal de bomberos, Defensa Civil y del SAME se hicieron presentes en el colegio y el Ministerio de Educación porteño, a su vez, envió a técnicos de la dirección de Infraestructura para determinar las causas del accidente.

Por su parte, muchos padres de alumnos, al enterarse del percance se acercaron, preocupados para saber sobre sus hijos. El escape fue controlado enseguida por los bomberos.

Una de las directoras del establecimiento confirmó que, debido a que la pérdida había sucedido en el tercer piso, el resto de los alumnos y docentes continuaron con su actividad normal, y que habría clases en el turno tarde. Además, aclaró que el Instituto "nunca se evacuó".

"La estufa estaba apagada, solo estaba abierta la llave de paso, de donde pudo haberse producido la pérdida, o tal vez algún alumno la manipuló, o quizás fue un accidente", especuló la docente, sin precisar las verdaderas causas del accidente. Además, aclaró que el artefacto contaba con válvula de seguridad.

Por último, dijo que los padres de los alumnos derivados a los hospitales Fernández y Rivadavia "están notificados y con sus chicos, que están en observación pero bien", según aclaró.

En el Gobierno de la Ciudad, en tanto, también se aclaró que ninguno de los alumnos afectados había sufrido síntomas de asfixia.