Domingo, 24 de febrero de 2008 | Hoy
21:12 › EN AMSTERDAM, HOLANDA
El combustible atrae tanto a defensores que lo consideran una alternativa más barata y menos contaminante, como a detractores quienes aseguran que los biocombustibles reducen muy poco las emisiones de dióxido de carbono y alertan que el incremento de los precios de los granos amenaza la seguridad alimentaria de millones de personas.
El Boeing 747 de Virgin Atlantic había partido sin pasajeros del aeropuerto londinenese de Heathrow, según consigna un despacho de la agencia italiana de noticias Ansa.
El combustible utilizado por la aeronave está compuesto de una mezcla de dos tipos de biodiésel, extraídos de la palma aceitera de babassú -origninaria de Brasil y empleada en las industrias cosmética y del hogar- y del coco.
A principios de este mes, Airbus utilizó un A380, el avión de pasajeros más grande del mundo, para testear otro combustible alternativo, una mezcla sintética de gas líquido.
Grupos ambientalistas y ecológicos indicaron que los biodiésel cultivados no son sustentables y llevan a una reducción de las tierras de cultivo para el alimento.
El avión de Virgin tenía una de sus cuatro turbinas conectadas a un tanque independiente de biodiésel, pero como éste puede congelarse a elevada altitud, las restantes podían darle energía con combustible convencional en caso de presentarse problemas.
La tecnología es manufacturada por las compañías GE y Boeing, pero la compañía aérea indicó que en 10 años las aerolíneas podrán utilizar biocombustibles.
Kenneth Richter, de Amigos de la Tierra, dijo que estos vuelos "son una farsa" que eluden las verdaderas soluciones al calentamiento global porque, según las últimas investigaciones, "los biocombustibles reducen muy poco las emisiones" de dióxido de carbono (Co2).
También expuso su preocupación "por el impacto que pueda generar la producción a gran escala de estos combustibles en el medio ambiente y en los precios de los alimentos en el mundo".
"Lo que tenemos que hacer es reducir la expansión exagerada de la aviación, que se ha vuelto la mayor fuente de gases del llamado efecto invernadero en Gran Bretaña y tenemos que frenar los subsidios a esa industria", agregó.
Para Doug Parr, de Greenpeace, el vuelo con biocombustibles es "una pavada ecológica" y la única solución es realizar menos viajes aéreos.
"En lugar de buscar por soluciones ecológicas mágicas, Virgin debería concentrarse en resolver el principal problema, la expansión aeroportuaria que no tiene límites", subrayó el científico.
El multimillonario Richard Branson, presidente de Virgin Atlantic, declaró a la BBC de Londres que utilizar la nueva tecnología ayudará a desarrollar opciones más ecológicas de combustible aéreo para reducir las emisiones de dióxido de carbono.
"No necesariamente será la bala de plata para un futuro a largo plazo, pero demostrará que un biocombustible de este tipo puede ser utilizado a una altura de 30.000 pies", dijo el empresario británico.
"Este vuelo pionero nos permitirá a aquellos que somos serios en la reducción de emisiones de dióxido de carbono, desarrollar los combustibles del futuro, que den la potencia a nuestros vuelos en los años venideros con aceites sustentables de generaciones de avanzada, como los de alga", concluyó el empresario.
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