El desalojo del aeropuerto se produjo después de que sobre las 12 horas una llamada anónima, alertase al diario vasco "Gara" de la colocación de na bomba, amenaza que resultó ser falsa.

Del aeropuerto ibicenco, cuya terminal y cuya pista quedaron de inmediato cerradas, las fuerzas de seguridad tuvieron que desalojar a 3.000 personas. Entre 12.000 y 13.000 pasajeros que iban en una treintena de vuelos tuvieron que ser desviados a otros aeropuertos.

El de Ibiza es uno de los más ajetreados al inicio del verano europeo, y por él iban a circular hoy, día en que comienza la llamada "operación salida" de vacaciones, más de 40.000 pasajeros en más de 300 vuelos.

El Ministerio del Interior desmintió informaciones de medios españoles según las cuales los artificieros habían detonado de forma controlada un paquete sospechoso, así como que se hubiera producido explosión alguna. Al parecer, la policía encontró dos paquetes sospechosos, en los que finalmente comprobó que no había explosivos sin necesidad de llevar a cabo detonaciones controladas.

Algo más de tres horas después del desalojo, los trabajadores comenzaron a regresar al aeropuerto. Una hora más tarde se abrió también para los pasajeros.

El procedimiento de aviso hizo temer a muchos que se tratase de un atentado de ETA, en un momento en el que las fuerzas de seguridad españolas se encuentran en alerta desde que ETA, el pasado 5 de junio, anunciase el final de un alto el fuego decretado 14 meses antes.

Según el procedimiento habitual de ETA, un comunicante llama a "Gara" y a los servicios de emergencias vascos y alerta de la colocación de una bomba, si bien lo hace en nombre del grupo armado vasco. Esta vez se trató de una llamada "anónima". "El aviso se ha recibido hacia las 12:00 del mediodía, sin que el comunicante se haya pronunciado en representación de nadie", indicó el diario proetarra.

Asimismo, la advertencia se produjo cuando todavía rige un elevado alerta en Londres por el hallazgo de dos coches bomba.

Fuente: DPA