La Facultad de Ciencias Exactas no presentará sus carreras al proceso de evaluación y acreditación oficial. La decisión, que fue tomada esta semana por el consejo directivo, por 9 votos a favor, 4 en contra y 3 abstenciones, es el final de un proceso de debate que atravesó la facultad y que incluyó un plebiscito. El decano de la facultad, Jorge Aliaga, consideró que “el saldo es positivo porque no es una declaración vacía de rechazo, sino un posicionamiento político claro contra la Ley de Educación Superior”. La resolución fue celebrada por los alumnos: “Es muy importante para los estudiantes de Exactas, pero también para los del resto de las facultades que todavía no definieron la acreditación de carreras”, a Página/12 la presidenta del centro estudiantil, Laura Fraile (La Mella, izquierda independiente). De todos modos, en la resolución se asentó que las carreras pueden ser evaluadas por el Estado.

En una sesión especial para tratar la acreditación de carreras de la facultad, que colmó de alumnos el aula magna, anteayer se impuso el rechazo.

“Lo importante era que lo que resultase fuera representativo de la comunidad académica de la facultad –consideró Aliaga–. No es que haya una oposición a que evalúen las carreras, sino que el cuestionamiento pasa por la Ley de Educación Superior” (LES). Esa norma, sancionada en 1995 aún vigente, creó la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (Coneau) y le encomendó el análisis periódico y obligatorio de las carreras de grado y posgrado, así como también de las instituciones, para verificar el cumplimiento de estándares mínimos previamente acordados.

La resolución aprobada por Exactas resalta que la LES “generó un marco que trata a la educación superior como un bien de intercambio, como un servicio, y tiende a limitar la autonomía universitaria”. La facultad –sigue la resolución– se encontró en “la disyuntiva entre, por una parte, impulsar un cuestionamiento político a aspectos de la LES y, por otra parte, generar un potencial perjuicio a nuestros estudiantes de grado y de posgrado a través de la no acreditación”. Aún así, el documento recuerda el fallo que el juez federal Ernesto Marinelli emitió en 1996 ante el reclamo de la UBA aduciendo la inconstitucionalidad de la ley porque vulneraba la autonomía universitaria. Con esos argumentos, el consejo resolvió respetar la voluntad del plebiscito realizado el mes pasado, donde se impuso el rechazo a la acreditación de las carreras de grado y posgrado. “Mientras se encuentre en vigencia la LES”, precisó la resolución.

“Derrotar a la Coneau no era nuestro fin, sino que en la facultad se pueda dar un debate político ideológico profundo en el que los estudiantes sean escuchados a la hora de tomar decisiones”, dijo Fraile, que conduce el centro de estudiantes. La sesión fue el corolario de un largo proceso de debate interno, que incluyó asambleas estudiantiles, discusiones intra e interclaustros, petitorios, un plebiscito y una gran cantidad de medidas.

Para el decano, el saldo del proceso “es positivo, porque lo que salió es mucho mejor. No es un eslogan vacío, sino un pronunciamiento político al que se llegó a través de los mecanismo establecidos en la universidad”. Aliaga se refirió al plebiscito obligatorio convocado por la conducción de la facultad y del que participaron cerca de 6 mil integrantes de la comunidad académica, y valoró que ese resultado haya sido refrendado por “el consejo directivo como corresponde, sin grupos que impidan su funcionamiento ni nada parecido”.

Ahora la discusión interna de la facultad sobre los contenidos de las carreras correrá por otro carril hasta tanto no se sancione una nueva ley que regule el sistema universitario nacional y reemplace a la vigente desde el menemismo.