Trescientas actividades inte-ractivas, doscientos cincuenta y seis charlas sobre diversos temas de interés general, veintisiete sobre orientación vocacional, cuarenta y cuatro talleres para todas las edades, veinte espectáculos artísticos, ocho presentaciones de libros y cien experimentos científicos. Es el balance de la muestra que la Universidad de Buenos Aires montó en el Pabellón Ocre de la Rural desde ayer y hasta mañana, con entrada libre y gratuita, para conocer de cerca su funcionamiento y sus 189 años de historia, y consultar a docentes y alumnos avanzados sobre el conocimiento que se produce en sus trece facultades, cuatro colegios universitarios y seis hospitales. ExpoUBA, que también puede pensarse como una feria de ciencias se subdivide, a su vez, en espacios para muestras (museos, jardines y maquinarias, deportes y recreación), exposiciones (los auditorios Houssay, Milstein, Leloir, un cine y un anfiteatro) y otros stands destinados a la intervención del público (Plaza de la Ciencia, Espacio recreativo de usos múltiples y Plaza de la Comunidad).

No bien se ingresa al predio, un largo pasillo entrega archivos y materiales históricos. En el sitio destinado al Museo Histórico de la UBA se exhiben documentos de Manuel Belgrano o Juan Manuel de Rosas. En el Museo Didáctico de Física del Nacional Buenos Aires conviven el arte anamórfico y réplicas de piezas antiguas como un baróscopo, instrumento utilizado para verificar el empuje que reciben los cuerpos sumergidos en aire, o una Aelópila de Herón que funcionaba, en la antigüedad, como una “máquina a vapor”, según la descripción de Adriana Bilgray, directora del Departamento de Física del CNBC.

Ariel Sujarchuk, subsecretario de Relaciones Institucionales y Comunicación de la UBA, se mostró eufórico por la cantidad de chicos y chicas que visitaron la exposición y señaló que es la primera vez que la UBA sale institucionalmente a las redes sociales como Facebook, Twitter o Linkedin. Además de charlas de orientación vocacional, un stand cerca del bar evacua dudas y recibe inscripciones para el CBC 2011. La memoria también ocupa un lugar en la muestra. Una instalación de bastones colgando sobre una pila de libros quemados refiere a La Noche de los Bastones Largos cuando, en 1966, Juan Carlos Onganía decidió irrumpir en las universidades a palazos. Mientras un panel con botas colgando de cadenas recuerda la intervención de las universidades, un banco de Buenos Aires recuerda a los estudiantes desaparecidos durante la dictadura militar.

El Che Guevara, Gregorio Klimovsky, Emilio Ravignani y Berta Braslavsky son algunas de las personalidades que la UBA homenajea, en un juego de palabras cruzadas, junto a los argentinos que accedieron al Nobel. Cerca de la Plaza del Encuentro, el decano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Jorge Aliaga, se ofrece a guiar a este cronista hasta la Plaza de las Ciencias, donde chicas y chicos se acercan a experimentos con campos electromagnéticos y juegos matemáticos. También puede observarse, a través de microscopios, preparados de cromosomas de vegetales. Más allá una pantalla con touch screen muestra un mapa interactivo de la ciudad con la ubicación de universidades y colegios. Con un simple toque se accede a información sobre la institución elegida.

Afuera está el colectivo sanitario que, a partir del miércoles, visitará los barrios más vulnerables de la ciudad para que alumnos avanzados de Odontología y Medicina presten atención médica a niños en edad escolar, en el marco del Programa Barrios de la UBA. Unas 18 mil personas visitaron la exposición en el primer día, que tuvo un costo de tres millones de pesos. Un millón fue financiado con fondos de la Unidad Bicentenario, otro se cubrió con fondos del rectorado y el restante sería aportado por el Estado. Según estimaciones oficiales, la UBA cuenta actualmente con 322.057 alumnos.