Que genocidas como Bussi, Menéndez, Etchecolatz, entre muchos otros, estén siendo juzgados y enviados a cárcel común no es una noticia menor. Es una gran noticia. Se está avanzando como nunca antes en el marco de juicios históricos a los ex represores. Están siendo enviados a cárceles comunes, se está terminando con la impunidad enquistada durante años en varios sectores de nuestra sociedad. Hoy podemos pensar el pasado hacia un futuro más justo.

La lucha sostenida por más de treinta años por quienes se vieron afectados trágicamente por la pérdida de sus seres queridos y de otros sectores sociales desbarató todos y cada uno de esos intentos de legalizar una impunidad que era y es ilegítima y no fue en vano.

Los delitos de lesa humanidad cometidos en nuestro país fueron sobradamente probados, los testimonios de familiares y sobrevivientes fueron escritos y reescritos, sus dichos peregrinaron incansablemente por los juzgados. La represión, las detenciones ilegales, los centros clandestinos, la tortura, el robo de bebés, los asesinatos, fueron denunciados una y otra vez, se hicieron oír en todo el mundo en las voces de millares de personas que tomaron esos reclamos de Memoria, Verdad y Justicia.

Alguien que oyó bien y tomó desde un principio esta causa como propia es el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde, el mismo que fue exiliado en 1976 y supo instalar internacionalmente las denuncias contra el terrorismo de Estado. Quien ha hecho posible recuperar sitios imprescindibles para la memoria colectiva, quien no ha bajado los brazos en esta causa, es quien está haciendo posible que se juzgue a los responsables, nos está devolviendo esa sensación de justicia que necesitamos para que la memoria de nuestros desaparecidos esté siempre viva.

Pablo Spinella

DNI 22.616.997