Lunes, 1 de septiembre de 2008 | Hoy
ECONOMíA › EL GOBIERNO INTENTARá ESTA SEMANA CERRAR UN ACUERDO CON LA CADENA LáCTEA
Tamberos e industriales presionan para obtener mejores precios argumentando que trabajan a pérdida. PáginaI12 detalla a continuación las diferencias entre su discurso lacrimógeno y las ganancias que perciben.
Por Fernando Krakowiak
El Gobierno intentará esta semana cerrar un nuevo acuerdo con los empresarios que integran la cadena láctea. El objetivo es mantener estable el precio de los productos de consumo popular, como leche, manteca, queso, yogur y dulce de leche. Sin embargo, la negociación no será fácil porque tamberos e industriales presionan para obtener mejores precios argumentando que vienen trabajando a pérdida. PáginaI12 detalla a continuación las diferencias entre su discurso lacrimógeno y las ganancias que perciben.
El presidente de Federación Agraria, Eduardo Buzzi, reclamó el sábado en Paraná que el precio promedio que reciben los productores por litro de leche aumente a 1,30 peso. Afirma que por debajo de esa cifra el negocio no es rentable. Sin embargo, no hay ningún estudio de costos que avale sus dichos. A principios de julio, la industria se comprometió a pagar 94,5 centavos por cada litro de leche fluida. Además, los tambos cobran una compensación estatal de 10 centavos que les permite redondear un ingreso de 1,045 peso por litro. El pago equivale a 34 centavos de dólar, 60 por ciento más que los 21 centavos que percibían en el mejor momento de la década del ’90, con la economía dolarizada.
Ese ingreso les garantiza actualmente una rentabilidad del 30 por ciento a los tamberos del oeste de Buenos Aires, el sur de Santa Fe y la provincia de Córdoba, según datos de la revista especializada Márgenes Agropecuarios. Obviamente, hay unidades productivas de zonas marginales que son más pequeñas e ineficientes, pero no parece razonable fijar el precio del producto tomando en cuenta esos casos puntuales, a los que se puede atender con políticas específicas que vayan más allá del precio.
La gran mayoría de los tamberos está ganando muy buen dinero. Encima en esta época del año las vacas empiezan a tener más superficie para pastar y la producción de leche aumenta. Por lo tanto, el costo medio de producción disminuye. Esa situación habilitaría, por sí sola, a reducir el aporte que viene realizando el Estado, pero el lobby de las entidades rurales es tan fuerte que hacen aparecer ese desembolso como insuficiente y piden más. El caso de Buzzi es el más llamativo pues al mismo tiempo que presiona para que los empresarios rurales incrementen su renta vendiendo leche dice que la prioridad es la “mamadera de los pibes” y se postula para integrar la Constituyente Social, apuntalado por el ex secretario general de la CTA, Víctor De Gennaro.
La industria, por su parte, también plantea un escenario desolador que tiene poco que ver con la realidad. El mejor ejemplo para graficar la situación lo constituye La Serenísima, porque provee la gran mayoría de los lácteos que se consumen en el área metropolitana de Buenos Aires. Esta firma se resiste a pagar los 94,5 centavos por litro, pues afirma que sólo está en condiciones de desembolsar 70 centavos, más los 15 centavos que le debería otorgar el Estado para garantizar el precio de 16 productos de consumo popular. El argumento principal de la empresa es que destina más del 80 por ciento de la producción al mercado interno y que la gran mayoría de los productos que fabrica son los que están incluidos en el acuerdo de precios que firmó con la Secretaría de Comercio. Cuando alguien le pregunta a alguno de sus directivos por qué aceptaron adherir al convenio oficial si no lo pueden cumplir, se limitan a decir que “Pascual está viejo”, dando a entender que el paso del tiempo volvió a Pascual Mastellone, dueño de la empresa, más permeable frente a las presiones políticas.
Sin embargo, lo que no dicen esos directivos es que en enero de 1999 el propio Mastellone decidió transferirle toda la “crema” del negocio lácteo a la empresa Danone, donde todavía tiene intereses comerciales, y esa firma obtiene ganancias extraordinarias de las que Don Pascual intenta desentenderse cuando negocia con el Gobierno. Es decir, se queja por el precio que les tiene que pagar a los tamberos y para justificar su posición pone el balance de La Serenísima sobre la mesa, pero se resiste a que se tomen en cuenta las ganancias de Danone. El secretario de Comercio, Guillermo Moreno, conoce ese juego y por eso relativiza las quejas de Don Pascual.
La Serenísima, en cambio, tiene más argumentos cuando reclama el pago de las compensaciones, pues el Gobierno no desembolsó un solo peso correspondiente a este año. Los últimos pagos de la Oncca fueron el 85 por ciento de los 20 centavos por litro correspondientes a noviembre y diciembre del año pasado. Luego no se le giró un peso más, pese a que en el acuerdo firmado el 28 de diciembre de 2007 se había establecido que recibirían una compensación por la leche utilizada para fabricar los productos bajo acuerdo, aunque sin especificar el monto. Es más, el 2 de julio firmaron un nuevo acuerdo, donde se acordó una compensación de 15 centavos por litro para julio y agosto, pero allí no se hizo ninguna mención a qué pasaría con los meses previos y ni siquiera se pagaron esos dos meses. Por lo tanto, es probable que esta semana Mastellone intente obtener algún tipo de garantía oficial sobre el pago de las compensaciones antes de cerrar un nuevo acuerdo de precios o prorrogar el vigente.
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