Todo indica que el vicegobernador bonaerense, Alberto Balestrini, tendrá la ruta despejada para convertirse en el próximo presidente del PJ bonaerense. Su postulación es impulsada por el titular del partido a nivel nacional, Néstor Kirchner, pero también por la liga de intendentes del conurbano.

Ex intendente de La Matanza, el municipio más populoso del país, Balestrini tiene códigos y lealtades anteriores al 2003. Los únicos competidores que evaluaron desafiar al matancero fueron el empresario mediático Francisco De Narváez y el titular del gremio de peones rurales, Gerónimo Venegas. Ambos desistieron de presentar listas alternativas al comprobar que Balestrini tenía el apoyo del saliente José María Díaz Bancalari y de la mayor parte de la estructura. Desde ese momento las internas del PJ provincial parecieron avanzar hacia un escenario sin sorpresas, al menos en los cargos provinciales (también se eligen autoridades partidarias en cada distrito): la bendición de una lista única aclamada por unanimidad.

Pero en el peronismo nada es tan fácil ni tan previsible. Y a la lista mayoritaria encabezada por Balestrini le surgió un rival impensado. Sorpresivamente, quienes no descartan competir contra la lista oficial, bendecida por Kirchner, provienen del kirchnerismo y no del duhaldismo: se trata del Movimiento Evita, encabezado por Emilio Pérsico (secretario de organizaciones sociales del PJ nacional) y el diputado provincial Fernando “Chino” Navarro.

“Queremos un espacio en el peronismo, y no vamos a dejar que nos excluyan alegremente”, es la frase que vienen repitiendo los impulsores de la iniciativa. La hipótesis más realista de este sector es conseguir los votos necesarios para obtener la minoría (25 por ciento) de los cargos partidarios. Además del Movimiento Evita, la idea de armar una lista alternativa tiene el apoyo de algunos gremios ligados al PJ, como el sindicato de Municipales de Avellaneda, el Suterh, que dirige Víctor Santa María (cuyo eje está en la Capital Federal, aunque dispone de recursos), entre otros.

La idea de Pérsico y Navarro es incorporar a todos los candidatos que compitieron a través de las “colectoras” afines al PJ y que probablemente quedarán excluidos por los intendentes en el reparto de cargos a nivel distrital. Habrá que ver si la lista alternativa finalmente se presenta en las urnas, para competir por la conducción del PJ en cada una de las ocho secciones electorales de la provincia, o si finalmente impera aquella vieja consigna que impuso Augusto Timoteo Vandor: “Pegar para negociar”.