Vemos con preocupación que las ayudas son para reflotar las empresas, autos, línea blanca, artículos como televisores, etc., es decir que se sustenta a las empresas antes que al consumo de bienes imprescindibles, como la comida de los sectores pauperizados. Los créditos subsidiados deben destinarse a cooperativas de producción y de trabajo para romper la crisis internamente, ya que sabemos que somos dependientes en todo. Los importadores seguirán usando estos recursos magros (el país no aguantará) para eso: seguir importando en desmedro del trabajo productivo, y el campo, ya sabemos: “Las penas son de nosotros y las vaquitas son ajenas”. Tuvieron 400 años usando pastos y aguadas naturales. Al clima lo están destruyendo ellos mismos y ahora quieren parar de nuevo porque el subsidio no les alcanza. ¿Hasta cuándo? El pueblo necesita comer de esa comida para 500 millones de personas que ellos (el campo) negocian, cuando sabemos de las cartas de porte truchas y el trabajo en negro existente.

Oscar Madera

DNI 7.893.366