Viernes, 13 de febrero de 2009 | Hoy
EL PAíS › LA PRESIDENTA Y LA MINISTRA ALICIA KIRCHNER ANUNCIARON LA AMPLIACIóN DE PROGRAMAS SOCIALES
Ante representantes de movimientos sociales, organismos de derechos humanos y gobernadores, el Gobierno presentó un incremento de 2000 millones de pesos para Desarrollo Social. Impulso a microemprendimientos y cooperativas.
Por Martín Piqué
Era una ocasión perfecta para recuperar la iniciativa, para reafirmar la identidad política que se esforzó por crear el kirchnerismo (peronismo + sindicatos + organizaciones sociales + organismos de derechos humanos). La oportunidad también era propicia para marcar diferencias con la flamante alianza de centroderecha del peronismo disidente. Por la convocatoria que superó las dos mil personas, por el entusiasmo de los asistentes y por lo inédito del escenario –el anfiteatro de la quinta de Olivos, al aire libre y bajo los árboles–, el acto cumplió con varios objetivos al mismo tiempo. El más importante fue anunciar un incremento de las inversiones en materia social que se destinará a la financiación de más de mil cooperativas, programas para niños y la tercera edad, subsidios a clubes de barrio, como también a los planes de atención primaria destinados a los sectores más pobres: el Plan Alimentario Nacional y el Plan Familias. El paquete de anuncios implica un incremento del presupuesto del Ministerio de Desarrollo Social en 2000 millones de pesos con respecto a 2008.
El Gobierno venía preparando las medidas en materia social desde hace días. Como anticipó en exclusiva Página/12 el miércoles, la principal novedad de los anuncios es el nuevo programa destinado a financiar cooperativas de desocupados que se dedicarán a la obra pública de pequeña dimensión en los municipios. Ese programa también subsidiará con microcréditos a grupos de emprendedores y pequeños productores rurales que producen a escala de la economía familiar. Se destinarán unos 750 millones de pesos para solventar esas iniciativas, que permitirán crear 20 mil nuevos empleos, según estimaciones de la cartera de Alicia Kirchner.
También se destinará mayor presupuesto a los planes pensados para enfrentar la pobreza extrema. Se aumentará un 50 por ciento el Plan Alimentario Nacional dirigido a los sectores más vulnerables y un 30 por ciento para el resto de los beneficiarios: todo costará 1000 millones de pesos. Otra mejora será la del adicional por hijo previsto en el Plan Familias, que pasará de 30 a 45 pesos. A partir del 1º de abril, ese adicional podrá ser cobrado por los monotributistas sociales: una categoría que permite hacer aportes previsionales en forma esporádica y agrupa a emprendedores, miembros de cooperativas y pequeños productores de la agricultura familiar. La extensión de ese beneficio significará una inversión estatal por 900 mil pesos.
El paquete de medidas sociales se completará con planes para la niñez y la tercera edad por 80 millones de pesos y programas para apoyar a los clubes de barrio por 50 millones. “Estas medidas no son asistencialistas, sino promocionales y de inclusión social”, aseguró la Presidenta. Aunque nadie lo haya dicho con todas las letras, el incremento del presupuesto asignado al Plan Alimentario Nacional implica un reconocimiento por parte del Estado de que la situación social se agravó en el último año y medio como consecuencia de la inflación, en un primer momento, y de la reciente caída de la actividad que está provocando el terremoto económico global. La Presidenta no se olvidó de mencionar la crisis, a la que comparó con la caída de la convertibilidad y el proceso que determinó la caída de Fernando de la Rúa. “Esto que está pasando en el mundo en la Argentina se vivió en 2001. Algunos protagonistas estelares parecen olvidarlo”, atizó. Los anuncios fueron escuchados por una nutrida presencia de gobernadores e intendentes. Como le gusta exhibir al kirchnerismo, en torno del palco montado en Olivos se veía mucho poder institucional. Todos escucharon con semblante serio y sin hacer gestos la enfática defensa de su gestión que hizo la ministra Alicia Kirchner. “Este es un Estado social, activo, presente y promotor. Estamos tratando de vencer los efectos negativos del pasado, cuando el Estado derramaba programas (sociales) enlatados intermediados por consultorías. Este gobierno hace gestión, construye información. No copiamos, hacemos caminos propios”, subrayó la ministra en su discurso. La hermana del ex mandatario había recibido críticas subterráneas dentro del propio oficialismo. Ayer habló antes de CFK y se tomó su tiempo para contestar los cuestionamientos.
Cobijada por un entorno fervoroso como en los mejores tiempos, donde sobresalían miembros de movimientos sociales K y figuras emblemáticas de los derechos humanos –en la primera fila se vio a Estela de Carlotto y Hebe de Bonafini–, la Presidenta aprovechó el acto para cuestionar a los dirigentes que reclaman una suspensión de las retenciones móviles. “Cuando escucho reclamos acerca de exenciones impositivas y veía Tartagal pensaba que muchos hombres y mujeres deberían ver esos rincones de la patria para seguir construyendo este modelo, más solidario e inclusivo. Debemos entender que necesitamos un país más justo.” En un momento su discurso se tornó más duro; entre el público hubo quienes intercambiaron miradas en silencio. “Es hora de que los sectores más favorecidos entiendan la necesidad de contribuir para lograr justicia para todos. Me hierve la sangre cuando se ve tanto egoísmo, tanta avaricia y tanta pobreza”, arremetió.
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