Martes, 15 de julio de 2008 | Hoy
DEPORTES › DESPUéS DE GANAR EL SUPER 4, LA SELECCIóN DE BáSQUETBOL PIENSA EN BEIJING
Lo dijo Luis Scola sintetizando el pensamiento de los campeones olímpicos. Juegan en Mar del Plata el último partido ante México y el sábado viajan a España para ultimar la preparación. Manu Ginóbili arrancó la tarea para ponerse bien a punto.
Con la tranquilidad que genera un buen rendimiento en la cancha, pero con la certeza de que no resulta algo indispensable a esta altura de la preparación, la Selección Argentina de básquetbol arrancó la parte final de su rutina de trabajo en el país, que se cerrará el jueves con un amistoso ante México en Mar del Plata. Tras ganarle el domingo 97-60 a Uruguay en el Luna Park y adjudicarse el torneo Super 4, la premisa del cuerpo técnico pasa por poner a punto a un plantel que está desparejo en su rendimiento físico.
Poca trascendencia tiene lo basquetbolístico a esta altura de la preparación, más allá de algunos buenos momentos de juego que se vieron en los triunfos ante Polonia, México y Uruguay. Con poco más de una semana de prácticas, adversarios de una jerarquía muy inferior a los rivales que aparecerán en Beijing y varios jugadores atravesando por momentos diferentes en su acondicionamiento físico, a los integrantes del grupo no les preocupan demasiado las producciones del equipo. “Esto recién empieza, todavía falta muchísimo trabajo. Jugamos bien, pero en esta etapa el resultado es irrelevante. Todavía estamos en un nivel bajo”, afirmó Scola, uno de los jugadores que se encuentra en su máximo potencial.
Por eso, el jugador de Houston no se muestra muy efusivo porque ya se está comentando que el equipo está mucho más afianzado en este momento que a la misma altura en procesos anteriores. “Hemos tenido preparaciones muy malas, pero nos ha ido muy bien en los torneos, y muy buenas preparaciones, aunque después nos fue muy mal. La preparación es indispensable, pero lo que sucede a lo largo de ella es relativo”, sostuvo el ala pivot argentino, goleador ante los uruguayos con 26 puntos. “No hemos jugado ni mejor ni peor que en preparaciones anteriores, acá lo que importa es sumar horas de trabajo. Estos son entrenamientos de calidad ante rivales que no conocen tus sistemas de juego y te quieren ganar”, indicó Scola.
Ante esta circunstancia, la única preocupación real en este momento es equiparar a los jugadores desde lo físico. Algunos, como el propio Scola, Paolo Quinteros, Román González o Juan Gutiérrez, los tres que participaron del Sudamericano de Puerto Montt, ya están afinados y con ritmo de competencia. Otros, como Andrés Nocioni o Federico Kammerichs, están buscando su puesta a punto ideal. Antonio Porta, que pelea su lugar con Nicolás Gianella, se encuentra físicamente muy bien, pero llega a esta preparación tras recuperarse de una larga inactividad por una lesión ligamentaria. Y Carlos Delfino está en plenitud, entrenando a ritmo normal, pero todavía no jugó ni un minuto porque está esperando tener certezas sobre su futuro deportivo para quedar a disposición de Hernández.
Para complicar más el panorama, también aparecen los lesionados, como Emanuel Ginóbili, Fabricio Oberto y Leonardo Gutiérrez. “Con ellos va a ser un equipo diferente, porque son jugadores importantes. Unos no jugaron y otros ni siquiera se entrenaron con nosotros en lo que va de la preparación”, señaló Scola. Los mayores focos de atención se los lleva el bahiense, que está evolucionando muy bien de su lesión en el tobillo izquierdo (ver recuadro). Por su parte, Oberto y Gutiérrez están en plena recuperación de las roturas fibrilares que sufrieron en el primer amistoso de la preparación.
Ahora se viene el último examen antes de viajar a España, donde Hernández ya tendrá el plantel definido y donde la Selección tendrá una exigencia de los rivales muy diferente. Será el momento de empezar a jugar todas las cartas, de comenzar a arriesgar un poco más el físico y de mostrar el verdadero potencial del equipo, que viajará a Beijing a defender la medalla dorada lograda en Atenas.
Su humor cambió. Ya no habla de sus ganas de estar en Beijing, sino de la manera en que va a llegar a los Juegos Olímpicos. Emanuel Ginóbili está entusiasmado con la evolución de su tobillo izquierdo, que resultó más rápida de lo esperado. “Estoy entrenando mucho más, jugando uno contra uno y practicando freno, cambio de dirección y salto. Ahora busco ponerme bien atléticamente, debido a que todavía me sacan una cabeza y media al saltar”, comentó Ginóbili, que igualmente ya está descartado para el amistoso del jueves ante México en Mar del Plata. “No quiero adelantar los tiempos”, remarcó el bahiense, que desde hace unos días ya no tiene al enviado de San Antonio, Chad Bergman, cuidándole la espalda (y el tobillo). “Estuve mucho tiempo parado. Estoy mucho mejor, hace un tiempo que me cambió el humor”, destacó Manu. Si él lo dice...
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