La realización de la final ha convulsionado el pulso de la ciudad de Mar del Plata, que durante estos tres días de competencia parece dispuesta a girar en torneo de este evento de trascendencia mundial. Tan es así que, más allá de los taxis que lucen orgullosos leyendas a propósito de la contienda, hasta un grupo de trabajadores de la industria pesquera aprovechó la jornada de ayer para reclamar por unos 200 trabajadores suspendidos cortando en el mediodía la avenida Juan B. Justo, a la altura del cruce con la avenida Independencia, a unos pocos metros del estadio Polideportivo Islas Malvinas, que frente a la alarma decidió reforzar la seguridad en la zona.