DEPORTES › MAL TRAGO PARA EL ADMINISTRADOR DE TALLERES, EL EMPRESARIO AHUMADA KURTZ

Un revés para un intocable

El gerenciador del club cordobés no logró su objetivo de recusar al juez que entiende en la quiebra de la entidad. Por eso, la prórroga del contrato hasta 2014 que pretende está cada vez más difícil. Entonces, amenaza con no traer más refuerzos.

 Por Gustavo Veiga

Demasiadas historias contiene el plato de donde suele servirse Carlos Ahumada Kurtz, pero ninguna alimenta más su perfil de intocable que los miles de dólares desparramados por la provincia de Córdoba. El empresario que administra al club Talleres sufrió un revés judicial el último viernes (la Sala 3 de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial no aceptó la recusación que le hizo al juez de la quiebra, Carlos Tale, su adversario declarado) aunque un emisario suyo se las ingenió para cambiar 500 mil dólares en un banco de la Docta como quien necesita unos pesos para tomar un trago. Al personaje hecho a prueba de balas le interesaba que el magistrado se apartara de la causa, pero no lo consiguió. El pedido lo había firmado su testaferro y presidente de Ateliers SA, la gerenciadora del club, Luis Maurilio Fuentes Lemus, un mexicano de quien sospechan Tale y el órgano fiduciario porque están averiguando si tiene los papeles en regla para permanecer en el país.

La buena campaña del equipo en la B Nacional y ciertas promesas materializadas que los hinchas de Talleres valoran (la reinauguración del estadio con iluminación) le dieron oxígeno a Ahumada desde que llegó a comienzos de la temporada. Eso y su demagogia, consistente en regalar camisetas con inscripciones de agradecimiento hacia su persona (“Gracias Carlos Ahumada”, decían), le permitieron arraigarse en el anestesiado mundo del fútbol argentino cuando casi nadie lo conocía. Envalentonado, el empresario amenazó con no traer más refuerzos para el próximo torneo y no poner un solo peso más, ni en el plantel profesional ni en el semillero, si no le extienden la concesión hasta 2014. La misma fecha tope que le adjudicó la AFA a la productora Torneos y Competencias (TyC) para controlar los derechos televisivos del fútbol.

Este hombre de negocios que es mucho más famoso en México que en la Argentina (aún lo recuerdan como un ejemplo de lo que no se debe hacer), contribuyó a sacar de carrera a un candidato presidencial, Andrés López Obrador, con unos videos ilegales que a éste le costaron su chance de acceder al gobierno y a Ahumada, la cárcel. Hoy, en su país adoptivo, a Ahumada Kurtz todavía se lo asocia con los dineros turbios del fútbol.

El comentarista deportivo de ESPN, José Ramón Hernández, denunció a fines de octubre presuntos vínculos del narcotráfico con un puñado de clubes mexicanos: Querétaro, Irapuato y Mérida de la Primera División y los Mapaches de Nueva Italia (del Ascenso), el primero que desafilió la Federación Mexicana. Entrevistado para un artículo del diario El Universal, el periodista dijo: “... hay que tener mucho cuidado, lo hemos visto con Carlos Ahumada y lo hemos visto con otros equipos que pasan cosas...”

Un cable de la agencia EFE del 9 de octubre que publicaron varios diarios extranjeros, titulado “La sombra del crimen organizado planea también sobre el fútbol mexicano”, finalizaba así: “La Liga mexicana también impidió la presencia en la Primera División del empresario argentino-mexicano Carlos Ahumada, cuando éste compró los equipos de Santos Laguna y León, que perdió tras verse involucrado en un escándalo de desvío de recursos en la capital mexicana”.

De Ahumada se dijo de todo hasta ahora, pero nunca había llegado al país la versión de que sería un agente de la CIA. Así lo deslizó otro periodista, Pedro Echeverría, el último viernes en un artículo de la agencia Argenpress. Apenas ocurrido el affaire de los funcionarios de López Obrador (el aspirante a presidente del Partido de la Revolución Democrática, PRD) filmados por Ahumada mientras él mismo les pagaba una coima, éste comenzó su largo camino por el exilio, la clandestinidad y la cárcel hasta que partió hacia la Argentina el 9 de julio del 2007.

Desde que arribó a Buenos Aires, maneja a control remoto sus intereses desde un penthouse de Barrio Norte. Pero en Córdoba, un grupo de socios de Talleres no ha detenido sus denuncias contra él. Reunidos en La Causa, una agrupación interna, dieron a conocer un comunicado de cinco puntos en el que sostienen: “...las reiteradas violaciones al contrato de gerenciamiento por parte de la empresa Ateliers SA, ponen al borde del abismo a nuestra querida institución, el Club Atlético Talleres”.

Los asociados, liderados por el joven Nicolás Martínez Dalke, afirman que las irregularidades consisten en la generación de nuevos pasivos como el juicio de la empresa Penalty y los de Rubén Insúa, Roberto Oste y Piero Foglia (todos entrenadores que pasaron por el club), entre otros. Para La Causa son “más que suficientes razones para retirarle la concesión a Ateliers”, que preside Fuentes Lemus. También responsabiliza a un abogado, Fabián Barberá (ex integrante del órgano fiduciario del club Belgrano, el otro grande de la provincia quebrado) y a un ex empleado de Talleres, Antonio Pichi Fauro, de intentar perjudicar al club “en conjunto con la empresa Ateliers”.

Tras el fallo de la Cámara, el juez Tale salió fortalecido y, tal como anunció Página/12 en su edición del 8 de septiembre de este año, Ahumada quedó lejos de continuar en el club y mucho más de obtener su deseo: una prórroga en el contrato de concesión de Talleres hasta 2014. Por lo pronto, como el miércoles pasado abonó por adelantado el canon semestral de 2009 y se puso al día con el personal del club, tiene garantizada la continuidad hasta mediados del año que viene, cuando finalice el campeonato de la B Nacional. Sus amenazas de no invertir en refuerzos ni poner un peso más en las divisiones inferiores apuntan a conseguir la adhesión de los hinchas y a transformarse en víctima de una situación donde otra vez le acaban de cantar jaque.

Ahumada hizo propia aquella máxima de Horacio, el poeta latino: “Consigue dinero ante todo; la virtud vendrá después”.

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Ahumada Kurtz en acción. La demagogia es una de sus armas de seducción.
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