Raúl Alejandro Cazón, conocido como “Tyson” y sospechado de haber disparado contra una columna de Atilra en el enfrentamiento del miércoles en Rosario, se entregó ayer. Cazón se presentó en el juzgado de Instrucción 5º a cargo de María Luisa Pérez Vara. La jueza lo acusa de homicidio agravado por el uso de arma de fuego contra Héctor Cornejo, un sindicalista lechero cordobés. Cazón llegó con el abogado penalista Carlos Varela, quien dijo que se entregaba “sin poner condición alguna”.

“Se presentó a las 11.30 porque la policía lo buscaba”, explicó el abogado, “tras la imputación hecha por homicidio, sobre la que manifestó que es absolutamente inocente. Cazón le aseguró a la jueza que no tiene que ver con la muerte de Cornejo, tras lo cual no siguió declarando ya que no tenemos acceso al expediente atento al secreto de sumario. Por eso, con mi socio Adrián Martínez, solicitamos copias del expediente que nos van a entregar en cuatro o cinco días. Recién entonces podremos saber cuáles son las pruebas en su contra. Vamos a pedir un ampliación indagatoria.”

Cazón tiene el alias de Tyson” por su figura que impone más que respeto. Al principio sindicado como un barrabrava del fútbol local, la versión parece haber sido desestimada. Un allegado explicó que “Tyson no es un barra, es remisero y suma unos pesos haciendo trabajos de seguridad tanto en el estadio de Ñuls como en Central. Pero no es barrabrava”.

La misma fuente indicó a este diario que “le dieron cien pesos para que vaya a hacer el aguante porque inspira respeto, más que eso, temor. Tiene la cabeza cuadrada, es morocho, mide 1.85, pesa 105 kilos... Tiene todo el aspecto de un tipo que tranquilamente te caga a trompadas, pero no alguien que ande con un fierro tirando”.

Su abogado, Varela, dijo ayer que “a medida que pase el tiempo, las pruebas de descargo van a ir surgiendo”. Varela confirmó lo que desde el propio juzgado ya habían adelantado: Cazón no tiene antecedentes penales.

Otra cosa que no tiene la causa es el plomo que causó la muerte del sindicalista cordobés. Según la fuente judicial, “no lo tenemos porque el disparo atravesó el cuerpo, y sólo tenemos el informe médico forense que habla de posibles calibres, entre los que se cuenta el 38”. Pero hay una evidencia: “Lo que sí recogimos es un plomo calibre 38 de un consultorio odontológico ubicado en la ochava norte de San Luis e Iriondo –donde se registró la pelea– que fue impactada por los disparos, uno de los cuales perforó la persiana de aluminio y se alojó en el interior del inmueble”.

Una fuente de la investigación que tuvo acceso al material fotográfico confió a Rosario/12 que “hay cuatro fotos que se ven todas borrosas. No se ve que el que dispara sea Cazón”.

“Las fotos adjuntadas al expediente se ven en forma borrosa. En una de ellas se ve a un tipo con una gorra parapetado atrás de otro: hay uno adelante y el de atrás pasa el brazo por arriba y tira, está con la mano extendida con un arma que no se ve si es un revólver o una pistola”.

¿Y se ve que es Cazón?

No, para nada se ve, porque además son fotos que tuvieron que darle mucho acercamiento y se desdibujan. Deben ser fotos sacadas a 80 metros de distancia.

En los videos de la policía –que no hizo nada por impedir los enfrentamientos pero sí los filmó de principio a fin– a Cazón se lo vería disparando un arma. Según la versión que el propio Cazón hizo circular, fueron disparos al aire.

Cabe recordar que Cazón recibió, el día de la trifulca, catorce puntos de sutura en la cabeza, luego de recibir un brutal golpe con un objeto contundente. Fue atendido en un sanatorio ubicado frente mismo a la seccional sexta de policía, que está a cien metros de la sede de Atilra, donde se produjeron los incidentes.