Boca ya tiene prevista la estrategia para tratar de solucionar el conflicto con Mauricio Caranta, sin otorgarle la libertad de acción, como pretende el arquero. A partir de la intimación que formuló el guardavallas para considerarse libre, Boca contestará con otra carta documento, en la que exigirá que el jugador se presente a practicar en el predio de Casa Amarilla, con los profesionales que juegan en la reserva, a cargo de Abel Alves. Mientras tanto, Juan Carlos Crespi, el dirigente de Boca más postergado por la llegada de Carlos Bianchi, aprovechó el escándalo para criticar al nuevo manager y al entrenador Carlos Ischia.

En Boca quedaron a la espera de los movimientos de Caranta. Asesorado por Futbolistas Argentinos Agremiados, el arquero envió ayer una carta documento en la que intimó a Boca a que lo reintegre al plantel profesional dentro de las 48 horas. Si no obtiene respuestas, el paso siguiente será iniciar acciones legales para considerarse despedido y quedarse con el pase en su poder. Por lo pronto, tras el escándalo del miércoles en Tandil, el arquero viajó a Córdoba a la espera de una solución del inconveniente. Una alternativa que podría destrabar el tema es una oferta que podría llegar en las próximas horas desde el Atlético Mineiro, club que estaría interesado en sumar al arquero a préstamo.

Ante la exigencia de Caranta, la respuesta de Boca ya está en marcha. A través de los asesores letrados del club, Boca exige que el jugador se presente a entrenar con la reserva, a cargo de Abel Alves, en el predio de Casa Amarilla. “El es un profesional, como lo dijo, y puede entrenar con la reserva, donde también hay profesionales”, argumentó una fuente del club, para explicar la estrategia de Boca.

El que sacó provecho del conflicto fue Crespi, vicepresidente tercero del club. Postergado por la llegada de Bianchi, el dirigente cuestionó el procedimiento que derivó en el escándalo del miércoles en Tandil. “No fue una decisión de la comisión directiva que no participe Caranta. Fue una decisión del técnico con el manager. Cuando los jugadores vinieron de vacaciones, el técnico le dijo al señor Bianchi que no lo quería más a Caranta. Ahí fue cuando se rompió la cadena, cuando se podía haber arreglado el tema buscando una solución”, sostuvo Crespi por radio Del Plata. Además, el directivo defendió al arquero: “No se lo puede tratar de esa manera. Caranta no asesinó a nadie y es un laburante”.

Ante esta situación, se espera con ansiedad la palabra de Bianchi, que hoy tiene previsto llegar a Tandil para brindar una conferencia de prensa. Se supone que el manager explicará la posición oficial del club, aunque difícilmente pueda anunciar el final del conflicto. Hasta ahora, la única palabra oficial fue la del presidente, Jorge Amor Ameal, que en radio 10 desmintió que en el conflicto entre Ischia y Caranta esté involucrada una de las hijas del entrenador.