River al fin pudo ganar su primer partido del año. Sufriendo, con la misma pobreza futbolística que mostró en el verano y con una ayudita de los árbitros, el equipo de Néstor Gorosito venció 1-0 a Nacional de Paraguay en su debut en la Copa Libertadores. Diego Buonanotte, en posición adelantada, anotó el único tanto, en una jugada que los paraguayos protestaron una mano de Fabbiani.

Parecía que todo iba a ser sencillo para River. Claro que para este presente torcido no hay nada fácil para el equipo de Gorosito. El rival invitaba a atacarlo, a partir de una tibia presión en la mitad de la cancha y una defensa que se paraba en línea, pero no achicaba bien los espacios. Además, llamativamente por tratarse de un equipo paraguayo, no se defendía bien en las pelotas paradas.

Por eso, todo indicaba que era cuestión de agitar el árbol para que el gol cayera por propio peso. Mucho más cuando antes de los diez minutos el arquero Don ya había tenido dos salvadas fantásticas, primero ante un cabezazo de Ahumada que luego rebotó en el travesaño y más tarde cuando el debutante Gustavo Fernández lo enfrentó mano a mano pero remató al bulto.

Pero River, de manera inexplicable, se quedó en una búsqueda tímida. La intención de ser prolijo en el traslado de la pelota se transformaba en un toqueteo intrascendente a cuarenta metros del arco rival y en un pelotazo frontal cuando buscaba ser profundo. Como nunca cambiaba el ritmo ni ningún volante se animaba a romper la línea con una gambeta, el fondo visitante tenía una noche relativamente tranquila. Apenas se sobresaltaba con algún tiro libre, como ese centro de Abelairas que Cabral cabeceó abajo y que obligó a Don a otra buena intervención.

Ante la inactividad de River, de a poco Nacional empezó a animarse. Con Arriola aguantando la pelota arriba y Román ayudando en tres cuartos, el conjunto paraguayo fue emparejando el desarrollo, aunque sin generar situaciones de peligro. Tal vez alertados por los goles de Colón del domingo pasado, los jugadores visitantes terminaban todos los ataques con remates lejanos, con pésima puntería.

Para el segundo tiempo, River siguió con la misma actitud, sin dinámica, sin movilidad, sin provocar a un adversario que jamás pensó que iba a tener tanto rato de tranquilidad en el Monumental. Por eso, hasta se animó a tocar en campo rival. Tan mal veía Gorosito a su equipo que mandó a la cancha a Fabbiani, bastante antes de los diez minutos que, según el técnico, podía jugar. Y más allá de su incidencia en el juego, la importancia de Fabbiani estuvo en lo anímico, ya que levantó a un público que estaba en silencio y contagió algo de ganas a sus compañeros.

En el juego, el efecto Fabbiani duró poquito, apenas unos minutos. Pero en el final, el delantero bajó una pelota, mitad pecho, mitad mano y definió cruzado. Don alcanzó a tapar, pero Buonanotte apareció para capturar el rebote y convertir el tanto, que significó un verdadero desahogo.

1- RIVER

Ojeda; Ferrari, Cabral, N. Sánchez, Villagra; A. Fernández, Ahumada, Abelairas, Buonanotte; Villagra, G. Fernández.

DT: Néstor Gorosito.

0- NACIONAL

Don; Mazacote, Piris, Espínola, Arévalos; Núñez, Inca, Ruiz Peralta, Cáceres; Román, Arriola.

DT: Daniel Raschle.

Estadio: River.

Arbitro: Heber Lopes (Brasil).

Goles: 90m Buonanotte (R).

Cambios: 45m Flores por Abelairas (R); 59m Fabbiani por G. Fernández (R); 72m Escobar por Román (N); 91m Domingo por Buonanotte (R) y Ortellado por Cáceres (N).

Incidencias: 91m expulsado Flores (R); 92m expulsado Núñez (N).