Domingo, 1 de noviembre de 2009 | Hoy
DEPORTES › CON UNA GRAN ACTUACION, RACING GOLEO 4-0 A ATLETICO TUCUMAN
Bajo la lluvia, el equipo de Barbas fue un aluvión ante una pobre versión del conjunto tucumano. Lugüercio, Caballero, Aveldaño y Desvaux –en contra–, que además fue expulsado, marcaron los tantos del vencedor que superó a Central en la tabla de promedios.
El chiste fácil no podía faltar: Racing fue el culpable del tremendo temporal que se desató durante todo el sábado en la Capital y el Gran Buenos Aires. Con una actuación que hizo olvidar los malos momentos, el papelón de la llegada del alemán Lothar Matthäus y las once fechas sin victorias, el equipo de Juan Barbas se despachó con una goleada inesperada 4-0 sobre Atlético Tucumán, que jugó un pésimo partido, se entregó muy rápido y se sigue hundiendo en la tabla del descenso.
Se hablaba de una final antes del juego. Y Racing salió a la cancha con esa mentalidad. Apenas cinco minutos le alcanzaron para arrollar al conjunto tucumano, que se plantó en el campo con la actitud inversa. Timorato, sin concentración y hasta sin ganas, el equipo de Rivoira deambuló en el césped desde el primer minuto. Por eso, Racing no lo perdonó. Todo comenzó cuando Cahais robó la pelota en campo rival, llegó hasta el fondo y envió un centro que no pudo conectar Caballero, pero le quedó servido a Lugüercio. Y si bien el ex Estudiantes definió al bulto, el rebote en Ischuk le pegó en su cuerpo y se metió despacito por el centro del arco. Así, Racing se sacó de encima todos los miedos y empezó a ganar el partido.
Claro que su mérito estuvo en no conformarse. Por eso, un rato más tarde, Caballero, en posición adelantada, consiguió convertir el segundo al capturar el rebote en el palo de su propio remate. Como la búsqueda siguió siendo insistente y los errores del fondo tucumano siguieron siendo constantes, Racing tuvo chances de aumentar, pero el palo les negó el gol primero a Caballero y luego a Castromán. Sin embargo, el tercer tanto llegó antes del final del primer tiempo, cuando Desvaux se llevó por delante la pelota en su intento de quitarle el balón a Lucero y venció a su propio arquero. Tanta superioridad había entre un equipo y otro que la diferencia hasta pareció quedarse corta.
Con ese panorama, el segundo tiempo resultó una anécdota. Racing reguló el ritmo y Atlético Tucumán dejó en claro todos sus problemas. Por eso, apenas quedó tiempo para que Aveldaño convirtiera el cuarto gol, luego de un notable desborde de Lugüercio. De esa manera, Racing encontró una enorme sonrisa en medio de tantas pálidas.
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