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Juan Martín Del Potro (foto) buscaba su lugar en los octavos de final del Abierto de Australia. Tras su maratónico triunfo ante el estadounidense James Blake, el tandilense se medía en la madrugada argentina ante el alemán Florian Mayer, un jugador que en condiciones normales no debería traerle problemas, aunque el desgaste que trae el argentino podría jugarle en contra. Mientras tanto, los otros dos argentinos que quedan en carrera, Juan Mónaco y Gisela Dulko, se mostraron muy contentos con sus triunfos de segunda ronda, aunque en la jornada que arranca hoy a las 21 ya saldrán a buscar su boleto en octavos. El tandilense jugará ante el ruso Nikolay Davydenko y la tigrense se medirá con la rusa Vera Zvonareva.

Mónaco expresó su alegría por el difícil triunfo ante el francés Michael Llodra, en el que levantó una desventaja de dos sets. “Al principio no me sentí cómodo. Llodra hace saque y red muy bien, corta mucho con slice, tira drops, y es difícil agarrar el ritmo. Luego, el tercer set fue duro mentalmente, porque cuando levantaba, él jugaba mejor y eso me desilusionaba”, explicó el argentino.

Su próximo compromiso no será nada sencillo, teniendo en cuenta que deberá jugar ante Davydenko, último campeón del Masters y reciente ganador de Doha. El ruso viene de imponerse con facilidad al ucraniano Illya Marchenko. “Será un partido muy complicado. Sin duda es el jugador más en forma de los últimos meses y voy a tener que jugar uno de los mejores partidos de mi vida y confiar mucho en mi tenis”, comentó el tandilense.

Pero más allá de la dificultades que representa el compromiso ante el seis del mundo, Mónaco aseguró que se adapta bien al estilo del ruso. “Me gusta jugar con él porque lo hace a un ritmo muy alto. Desde el primer punto tenés que estar muy focalizado y eso es bueno porque me obliga a estar al ciento por ciento de cabeza y de piernas. Y me gusta entrar en ese ritmo de vértigo de correr y pegarle fuerte”, señaló.

Mientras tanto, Dulko también se mostró muy contenta por haber eliminado a la ex número uno del mundo, la serbia Ana Ivanovic. “El partido fue como una montaña rusa. Lo podía haber perdido en dos sets y lo terminé ganando. Realmente estoy muy feliz”, remarcó la rubia, que valoró su esfuerzo por no haberse bajoneado tras el primer set. “Ivanovic es una jugadora muy dura, con muchos tiros ganadores, pero me pude mantener pese a haber perdido el primer set, en el que tenía una buena ventaja”, señaló Dulko, que en la jornada que arranca esta noche jugará ante Zvonareva. “Nunca le gané y tiene un nivel muy alto, pero daré lo mejor de mí. Voy a salir a ganar seguro, no tengo nada que perder, y lo voy a disfrutar”, aseguró Dulko, que busca superar los octavos de final, hasta ahora su mejor participación en un Grand Slam.