Vélez hizo un negocio redondo. Gracias a su jerarquizado plantel, el entrenador Ricardo Gareca se dio el lujo de colocar un equipo de suplentes pensando en el debut en la Copa Libertadores y el rendimiento casi no se resintió. Por eso, con cierta tranquilidad se impuso 2-1 a Gimnasia y se trepó a la punta del Clausura. Para los visitantes, la caída significó un duro golpe anímico, tras haber ganado el clásico ante Estudiantes en la semana. Alvaro Ormeño, en contra de su arco, y Fernando Tobio, con un cabezazo, anotaron los tantos del vencedor, mientras que el colombiano Marco Pérez logró el descuento en el final del primer tiempo.

La estrategia de Gareca, con la prioridad puesta en la Copa Libertadores, empezó a dar frutos desde temprano, cuando Ormeño quiso desviar un remate de Cabrera y no hizo más que vencer a su propio arquero. Y un rato más tarde, la diferencia se estiró gracias a otro error defensivo de Gimnasia. En un tiro libre, un defensor visitante peinó la pelota y terminó de descolocar a la zaga para que Tobio apareciera por atrás para convertir con un cabezazo.

Con la diferencia, Vélez se sintió cómodo con el desarrollo, ante un tímido Gimnasia que no hacía demasiado. Sin embargo, un corner desde la derecha fue bien aprovechado por Pérez para descontar el marcador. Pero más allá del gol, la reacción de Gimnasia nunca terminó de llegar. Si bien manejó más la pelota, le faltó profundidad para inquietar a Vélez, que reguló el desarrollo, cuidó físico y se fue muy feliz con una victoria que le permite pensar tranquilo en Cruzeiro, mirando a todos desde arriba.