La empresa es casi imposible. El escollo es Rusia, una potencia mundial del vóleibol, y la Selección Argentina debe vencerla para poder meterse entre los ocho primeros del Mundial de Italia. El encuentro se disputará en el estadio Nelson Mandela de Florencia, desde las 12, y será televisado en directo por Espn+.

Rusia no es invencible. Serbia, que el lunes había vencido 3-1 al equipo de Javier Weber, lo superó ayer por el mismo marcador (28-26, 16-25, 25-21, 27-25), pero con esa victoria dejó a la Argentina sin posibilidades de acceder a las semifinales del torneo, al adjudicarse el Grupo P.

Si el equipo nacional vence a los rusos, podrá jugar la definición por los puestos quinto a octavo; en cambio, si pierde, quedará último en el grupo y por lo tanto animará los cruces que repartan los puestos noveno a duodécimo. “Con el triunfo de los serbios se nos cierra una puerta, pero se abre otra. Ya no podremos ir por las semifinales, pero podríamos buscar la posibilidad de jugar por el quinto puesto”, expresó el capitán del equipo argentino, Rodrigo Quiroga.

Solo el triunfo de hoy le permitirá a Weber y compañía cumplir el exigente objetivo que se había trazado el plantel antes del Mundial y que, en cualquier caso, expresa una ubicación superior a la realidad del vóleibol argentino. “Hicimos un buen Mundial, pero soñamos con más. El de mañana (por hoy) es un partido crucial para nosotros”, expresó el entrenador argentino.

Argentina registra en el Mundial de Italia una campaña que incluye cuatro triunfos (Venezuela, México, Francia y Japón) y dos derrotas (Estados Unidos y Serbia).

Los contrastes entre Argentina y Rusia son marcados. El equipo albiceleste afronta el torneo con un plantel juvenil (23 años promedio), sin historias, pergaminos ni resultados para lucir; Rusia, en cambio, es potencia histórica del vóleibol (la Unión Soviética fue seis veces campeón mundial), tiene un plantel con experiencia y es el actual subcampeón de la Liga Mundial. Sin embargo, quedó fuera de la lucha por el título y está por verse cómo absorben sus jugadores esa decepción.

Argentina formará con Luciano De Cecco en el armado; Federico Pereyra como opuesto; Sebastián Solé y Martín Blanco Costa en la función de centrales; Rodrigo Quiroga y Facundo Conte ubicados como receptores-punta y Alexis González en el rol de líbero. Rusia utilizará a Serguey Grankin como levantador; a Taras Khtey y Yury Berezhko en las puntas; Maxim Mokhaylov como opuesto y principal atacante; Dmitry Muserskiy y Alexander Volkvoc por el centro y Alexey Verbov en la función de líbero.