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Omar Narváez hará esta noche en Bahía Blanca la segunda defensa de su título supermosca de la Organización Mundial y la vigésima pelea de su carrera por una corona del mundo. En un interesante duelo de invictos y zurdos enfrentará al puertorriqueño César Seda, primer clasificado en el ranking de la categoría en un combate pactado a 12 rounds que tendrá lugar en el estadio Osvaldo Casanova de la ciudad del sur bonaerense y que TyC Sports transmitirá desde las 21.

Aunque el pleito, a priori, se supone complicado, ya es sabido que Narváez (51,950 kg) entrega lo mejor de sí cuanto más exigente es su adversario. Cuanto más alto es el desafío, más velocidad les imprime a sus piernas y a sus brazos, más vigor a sus puños y más vuelo le da a su talento. Sólo los muy grandes logran estar a la altura de las circunstancias. Y Narváez lo es sin dudas. No por nada presenta un record inmaculado de 33 victorias (19 antes del límite) y dos empates.

Seda (52,150 kg) también está invicto como profesional y su registro es de 20 triunfos al hilo, 15 de ellos antes del límite, señal de que tiene la mano picante. Ha ganado por fuera de combate nueve de sus últimas diez peleas. Pero ninguno de sus rivales ha tenido la calidad de Narváez, por lo que habrá que comprobar si su mano pesa en el primer nivel como ha venido pesando hasta aquí. Además, Seda es diez años más joven que Narváez (tiene 25 años contra 35 del chubutense), pero ese es, apenas, un dato complementario.

De ninguna manera, el campeón es un boxeador gastado por el fragor de su campaña o por los desarreglos de su vida personal. Al contrario, Narváez ha sido siempre un ejemplo de dedicación profesional y de inteligencia puesta al servicio del boxeo. Y ha podido superar las lesiones en las manos que tanto lo molestaron en un tramo de su carrera. Entero y con el plus que le concede no tener que apretar tanto su físico para dar los 52,150 kg, límite de la división supermosca, Narváez encarará esta noche una defensa exigente ante un retador fresco y ambicioso que deberá dar, acaso, más de lo mejor de sí mismo para llevarse la corona de visitante contra uno de los mejores campeones del momento.