Ariel “El Colo” Luna, principal acusado por el crimen del barra brava de River Gonzalo Acro, volvió ayer a declararse inocente y dio el nombre de quien según él habría sido el autor del hecho, mientras que desacreditó al principal testigo que lo señaló como el homicida. Luna declaró por segunda vez ante el Tribunal Oral Criminal 15 y volvió sobre un tal “Witi”, a quien ya se había referido en oportunidades anteriores y ayer identificó con nombre y apellido completo: Luciano Gabriel Julián Cabrera, vecino del barrio Las Achiras, de la localidad bonaerense de Villa Celina (La Matanza). De todas maneras, Luna reconoció haber estado en el lugar de los hechos, pero se señaló ajeno al crimen, que atribuyó al tal “Witi” y a otra persona, a la que sólo identificó como “Martín”.

El alias “Witi” lo había aportado durante la investigación del crimen y en su declaración en el juicio, pero tanto Osvaldo Matera, quien estaba con Acro cuando fue asesinado, como el ex líder de una de las fracciones de la barra Adrián Rousseau dijeron que no lo conocen ni era de la hinchada. Luna apuntó contra Matera y Rousseau, quienes lo complicaron en sus declaraciones. Matera estaba con Acro el 6 de agosto de 2007, cuando lo mataron de dos tiros en la cabeza.

Luna dijo que Matera “se juntó con Martín 15 o 20 días antes y ahí le dice a qué gimnasio va Acro”, y agregó que éste tenía una amistad con Rousseau “por miedo”. “Rousseau dijo acá que no conoce a ‘Los Borrachos del Tablón’, una cosa de locos. Se está haciendo la virgen de Calcuta”, señaló. Rousseau lideraba la facción de la barra a la que pertenecía Acro y que estaba enfrentada a la que respondía a Alan Schlenker.

Luna también sostuvo que está imputado porque Rousseau lo “mandó a apuntar”, a raíz de una vieja disputa que surgió a partir de una “salidera bancaria” que sufrió el líder de una de las facciones de la barra brava de River y que, según el principal acusado por la muerte de Acro, fue “un autorrobo”. Según esa versión, Rousseau no habría sido víctima de una salidera, sino que le pidió a Luna que le consiguiera “dos muchachos” para que fraguaran el robo, de unos 60 mil pesos, de los cuales los ladrones sólo se llevarían la mitad. Pero “los muchachos” sólo le habrían dejado a Rousseau diez mil pesos, lo que habría –según Luna– generado el encono del cual derivó la acusación por la muerte de Acro.