Sin el candor de bombos ni banderas, como ocurrió tras el tercer puesto de Francia 2007, pero con un caluroso recibimiento en Ezeiza, parte del plantel de Los Pumas llegó ayer al país con el sabor del deber cumplido por haberse metido entre los ocho mejores en Nueva Zelanda y dejar como último legado haberles jugado de igual a igual durante más de 60 minutos a los poderosos All Blacks.

El entrenador, Santiago Phelan, el mismo que fue impulsado por varios de los jugadores que terminaron vapuleando dos veces a Francia cuatro años atrás para reemplazar al exitoso Marcelo Loffreda, también trajo en su equipaje el “orgullo” de haber dirigido a este plantel.

Así como el capitán, Felipe Contepomi, Phelan llegó con la ilusión de ver “un futuro promisorio, con jugadores jóvenes de buena madera” y confiado en que tras una transición en los primeros años del Cuatro Naciones “se les pueda jugar de igual a igual y tal vez ganarles a las grandes potencias” del Hemisferio Sur (Nueva Zelanda, Sudáfrica y Australia). “Estoy orgulloso de haber entrenado a este equipo argentino, por la entrega, ya que dieron el máximo. Se jugó algunas veces mejor y otras no tanto, pero dieron todo y eso es lo que tienen Los Pumas. Fue un buen mundial”, sintetizó.

Al igual que los jugadores, el entrenador destacó que “se perdió ante el mejor equipo del mundo y durante 60 minutos jugamos de igual a igual. En el vestuario, tras el partido, nos dimos cuenta de que cumplimos con el objetivo de clasificar a cuartos y que hicimos un cierre del Mundial muy lindo”.

Ante la ausencia por lesión de Juan Martín Hernández, Contepomi se convirtió en el principal referente de este equipo y, si bien aún no sabe si estará en Londres 2015, se ilusiona con lo que fueron dejando Los Pumas y en lo que se viene. “Que el entrenador de los All Blacks (Graham Henry) haya hablado tan bien de Los Pumas tras el partido es muy importante”, evaluó el capitán.

Para el año próximo se viene el Cuatro Naciones con la incorporación de Los Pumas a la tradicional competencia de los tres máximos equipos del mundo. “Vamos a tener que llevar una transición de unos años, pero estoy convencido de que tenemos buena madera en los jóvenes que estuvieron en este Mundial y hay un buen futuro. Creo que dentro de unos años se va a jugar de igual a igual, con chances de ganar a las grandes potencias”, agregó el jugador símbolo del equipo.

El capitán no se olvidó de sus compañeros que anunciaron el fin de su carrera en Los Pumas, como Mario Ledesma y Martín Scelzo. “Son dos compañeros que se van a extrañar. Podré decirles a mis nietos que jugué en Los Pumas con Mario Ledesma”, comentó.