Desde Río de Janeiro

El triunfo de su selección en el partido inaugural dejó disconformes a muchos brasileños, quienes reconocen que fueron los errores del árbitro Yuichi Nishimura y no los méritos propios del equipo de Luiz Felipe Scolari los que le facilitaron la victoria por 3-1 ante Croacia. Los regalos que el árbitro japonés les hizo a los locales estuvieron en la portada de la mayoría de los diarios. Folha da Sao Paulo remarcó que el Scracht “comenzó su sueño mundial con un gol en contra”, el de Marcelo, que el partido se ganó con “un penal inexistente”, y si bien remarcó las actuaciones de Neymar y Oscar, cuestionó el desempeño del resto del equipo y ponderó lo realizado por Croacia. Por su parte, Journal do Brasil prefirió mostrar otra cara de la cuestión haciendo foco en las declaraciones de Fred, quien ayer se defendió diciendo que “no es un jugador que simule caídas”.

En la calle, la gente también mostró resquemores por la manera en que su seleccionado obtuvo la victoria. “Nos favorecieron, el árbitro le perdonó el codazo a Neymar y cobró un penal que no fue. No es manera de ganar. Brasil tiene un buen equipo, así da un poco de vergüenza”, le aclara a Página/12 Anderson, el taxista que deja al cronista en Barra de Tijuca, al sur de Río de Janeiro, donde la Selección se entrenará a la espera del que será su debut en la Copa, mañana frente a Bosnia, en el legendario estadio Maracaná.

Anderson tiene 35 años, es hincha de Flamengo y recuerda con cariño el paso de Alejandro Mancuso, del quien dice “acá es ídolo, qué buen jugador”. Luego demuestra su conocimiento de los clubes de Argentina y remarca la calidad de Lionel Messi y Angel Di María. Y se anima todavía a más, “si hay una final entre Brasil y Argentina, yo creo que gana Argentina”, dice con seguridad.

Los croatas no se llevaron los puntos, pero al menos sus hinchas tuvieron el reconocimiento de un grupo de hinchas argentinos y holandeses que por las calles de Copacabana les adjudicaron el triunfo con un aplauso que se hizo extensivo a un grupo de hinchas croatas, mientras éstos almorzaban sentados en la vereda de un bar a dos cuadras de la playa. “Les robaron el partido” o “tendrían que haberlo ganado ustedes”, gritaban los argentinos, a lo que los croatas, identificados con su camisetas a cuadros rojos, contestaban levantado sus pulgares y gritando a coro el nombre de Modric, el volante del Real Madrid que en San Pablo jugó un partido extraordinario.

Eso sí, a la mayoría de los brasileños no les importó demasiado la forma. “Lo importante es que ganamos y que los brasileños nos pudimos levantar con una gran sonrisa”, comentó Vilma, una abogada de 29 años, antes de ingresar a la Fan Fest de Copacabana.

Para un grupo de argentinos que pasea por las calles de esta bonita parte de la ciudad, la victoria de Brasil fue ni más ni menos que “un robo”. Sin embargo, el partido no fue tan importante para ellos como sí lo fue el duelo de hinchadas que protagonizaron sobre la avenida Atlántica de Copacabana, frente un grupo de hinchas británicos, que no pasó a mayores pero atrajo la atención de los cariocas y otros turistas extranjeros. “Les gritábamos en la cara y ellos nos gritaban a nosotros, pero no pasó nada. Para colmo, un grupo de chilenos se les sumó a ellos. ¡Traidores!”, relató uno de los jóvenes que participó directamente de los incidentes.