DEPORTES › TYSON RAMIREZ RETUVO EL TITULO CRUCERO

Lejos de su mejor versión

 Por Daniel Guiñazú

Víctor Emilio Ramírez no hizo nada diferente de lo que lo llevó a ser campeón del mundo de los cruceros de la Federación. Avanzó constantemente, lanzó muchos golpes, pegó algunos y erró demasiados. Fue el mismo de siempre, con sus virtudes y sus limitaciones. Y eso le alcanzó apenas, para rasguñar un empate ante el jamaiquino Ovill Mc Kenzie en la primera defensa de su corona regular, sucedida en la medianoche de ayer en las instalaciones deportivas de Daniel Scioli en Benavidez.

Retador de ocasión, subido a la pelea apenas 11 días antes y dueño de un record sólo discreto (25 triunfos, 13 por fuera de combate, y 12 derrotas), Mc Kenzie (86,750 kg), de 35 años, desnudó con poco el techo bajo del campeón argentino. Sus piernas ágiles, su jab zurdo y algunos buenos impactos al cuerpo, generaron complicaciones que Ramírez no siempre estuvo en posición de poder resolver.

Impreciso, torpe de a ratos, ansioso, nervioso (llegó a patear los carteles que rodeaban al ring por haberse tropezado con ellos), Ramírez (90,700 kg) cometió el error de caminar verticalmente el ring, sin cerrarle el paso a los desplazamientos del jamaiquino. Dos factores le terminaron jugando a favor: Mc Kenzie pocas veces le cruzó la derecha a la cabeza para conmoverlo y casi nunca se preocupó por plantarse con autoridad en el centro del ring: eligió trabajar del medio del ring hacia atrás y su retroceso, en varias ocasiones, careció de elegancia y armonía.

En los rounds 10 Y 11, Ramírez salió a llevárselo por delante al jamaiquino a base de manotazos cruzados y un corazón más ardiente. De a ratos lo consiguió. Y quizás esa levantada emocional le haya salvado el título. Ninguno de los jueces vio la pelea de la misma manera: el mexicano Alejandro López Cid lo dio ganador al argentino 115/113, el estadounidense Lawrence Layton falló igual pero a favor de Mc Kenzie y otro estadounidense, John Poturaj dicto empate en 114. Para Página/12, hubo dos puntos a favor de Mc Kenzie (115/113). Insuficientes como para que la corona cambie de manos. O para tildar la decisión de un robo a mano alzada.

Si ante el nigeriano Ola Afolabi, el llamado “Tyson del Abasto” había entregado su mejor versión, frente a Mc Kenzie pareció volver al punto de partida. Es un muchacho fuerte, voluntarioso y resuelto Ramírez. Sabe lo justo y no mucho más que eso. Las pocas luces que tiene, estuvieron cerca de apagarse y dejarlo sin una corona que bailoteó demasiado tiempo sobre su cabeza.

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Imagen: AFP
 
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