Domingo, 4 de octubre de 2015 | Hoy
DEPORTES › EL 2-2 ENTRE SAN LORENZO Y CENTRAL PUSO UN LIMITE A SUS ASPIRACIONES
El partido tuvo todos los condimentos de una verdadera final y pudo ganarlo cualquiera de los dos. Villalba y Blanco anotaron para el equipo de Bauza, mientras que Ruben hizo un doblete que dejó en claro su excelente momento.
Por Miguel Hein
En un empate que potencia las chances de Boca de ser campeón del torneo de Primera División, San Lorenzo y Rosario Central empataron 2-2 en el Nuevo Gasómetro en un partido intenso y emotivo.
Los primeros 15 segundos fueron electrizantes. Cauteruccio movió y se la dieron atrás a Ortigoza. Este abrió para Mas, que buscó a Elizari, quien cambió de ritmo y corrió en búsqueda del arco, favorecido por un rebote en el árbitro Delfino. Antes de entrar al área, Elizari la abrió para Villalba, quien definió por sobre Caranta. Uno a cero y a jugar el partido que más le gusta a San Lorenzo. Sólido en defensa y, en el medio, por la labor de Mercier en el quite y de Ortigoza en la distribución, el equipo de Bauza aguantó los embates de Central y salió en rápidos contragolpes. En una de esas contras, Villalba se perdió el segundo. Mientras, al equipo de Coudet le costaba gestar situaciones claras de gol, sobre todo porque Lo Celso no pudo construir juego asociado y Larrondo y Ruben fueron bien controlados por Yepes y Caruzo. Sin embargo, a los 29 minutos hubo un pelotazo largo para Ruben, a las espaldas de Caruzzo. Ambos entraron apareados al área y el nueve de Central cayó. Penal que Delfino no vio pero que cobró a instancias del juez de línea. La repetición en la televisión mostró que el defensor de Boedo bajó a Ruben tomándolo de la cabeza. Terminadas las airadas protestas de los de Boedo, el goleador del campeonato no perdonó y puso el 1-1. El empate tranquilizó al visitante y motivó al local, que fue a buscar pero sin claridad. Sin embargo, el partido decayó, hubo más pierna fuerte y se multiplicaron las protestas.
El arranque de los 45 minutos finales tuvo la misma emoción que el inicio del partido, sólo que al minuto 46 Torrico tapó el remate de Montoya y evitó el 2-1. De ahí en adelante, el trámite se hizo emotivo y friccionado. Central se adueñó del mediocampo, sin conseguir claridad en las llegadas. Pero Coudet apostó a ganador y mandó a la cancha a Cervi a los 65 minutos. Y la apuesta dio resultado inmediato. El recién ingresado se escapó por la izquierda, mandó el centro a los pies de Larrondo, que pivoteó y dejó a Ruben de frente a Torrico, sometido por el goleador con un derechazo.
Con el resultado en contra, San Lorenzo se fue al ataque, exponiéndose a que el equipo de Coudet ampliara la diferencia. Así las cosas, Bauza también quemó las naves y mandó a Blandi por Rolle. Las arremetidas de los de Boedo consiguieron el objetivo de la igualdad, que llegó tras un error de Gómez Andrade que le dejó la pelota y el campo a Mas, quien habilitó a Blanco y éste, de frente al arco, fusiló a Caranta.
Sabedores de que el empate sólo le servía a Boca, ambos se volcaron a la búsqueda del triunfo, que pudo ser para cualquiera, en un partido que tuvo todos los condimentos de una final.
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