DEPORTES
La Justicia suiza acorrala al presidente de la FIFA
En el allanamiento de las oficinas de Joseph Blatter y del secretario general Urs Linsi, a comienzos de mes, aparecen rastros de un dinero que desapareció en la quiebra de ISL.
Por Pablo Vignone
No es casual que la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) haya anunciado, el lunes, haber iniciado la “investigación disciplinaria más grande de su historia” para esclarecer los episodios de violencia en el partido Turquía-Suiza por un lugar en el Mundial de Alemania, precisamente cuando es la misma entidad la que está siendo investigada. Es que el anuncio se produjo un día después de que se conociera que la Justicia suiza allanó las oficinas del presidente de la entidad, Joseph Blatter, y del secretario general, Urs Linsi, en relación con la causa criminal entablada luego de la quiebra de la compañía de marketing ISL, una causa que irá a juicio a comienzos de 2006 y que podría acabar con dirigentes en prisión en el mismo año del Mundial.
La noticia la dio a conocer el domingo el diario suizo Sonntagzeitung: a comienzos de mes, el jueves 3, por orden del magistrado de la ciudad de Zug, Thomas Hildbrand, se registraron las oficinas de Blatter y Linsi, buscando información relativa a la quiebra de ISL, en el marco de una causa en la que el magistrado investigó en cinco países.
La FIFA confirmó el allanamiento. “Consultaron algunos archivos y documentos. Se llevaron algunos papeles que inmediatamente fueron devueltos”, afirmó el vocero de la FIFA, Andreas Herren. Pero entre los documentos encontrados, explicaron a Página/12 fuentes cercanas a la investigación, se halló material que podría incriminar al titular del organismo.
La compañía ISL, agente exclusivo de marketing de la FIFA durante dos décadas, se declaró en bancarrota el 21 de mayo de 2001 con una deuda de más de 300 millones de euros. Cuatro días más tarde, el 25 de mayo, Blatter anunció haber descubierto que unos 75 millones de euros que la Globo de Brasil había pagado por un contrato televisivo habían sido retenidos por la ISL. “El dinero pertenece al fútbol –dijo Blatter ese día– y la FIFA intenta hacer todo lo que esté a su alcance para recuperar el dinero y aclarar este asunto”.
El 28 de mayo, una semana después del colapso, la FIFA interpuso una denuncia criminal en Zug, donde ISL tenía su base. En esa instancia comenzó a actuar el juez Hildbrand. Sin embargo, más de tres años después, el 29 de junio de 2004, la FIFA quiso retirar su denuncia, para que la investigación criminal se detuviese. Según la ley suiza, esa medida no era posible y la causa prosiguió. En la investigación hay trazas de sobornos que ISL habría pagado a directivos de la FIFA, incluido uno por un millón de francos suizos. Dieciocho meses más tarde, las oficinas de la FIFA cayeron en la redada.
Los documentos encontrados permiten suponer que tanto Blatter como Linsi (que antes de 2002 asistía a Julio Humberto Grondona en el manejo de las finanzas de la FIFA) sabían que los 75 millones de euros habían sido malversados, pero no hicieron nada al respecto. Hildbrand habría demostrado que los 75 millones debieron haberse transferido a una cuenta conjunta de FIFA e ISL en la sucursal de Basilea del Banco Nacional de París. El dinero nunca llegó allí. ¿Lo sabía Blatter?
“La medida (el allanamiento) fue desproporcionada –afirmó el vocero Herren–, porque la FIFA siempre colaboró con las autoridades en esta investigación”. Más aún: FIFA presentó una denuncia contra Hildbrand “porque no creemos que un magistrado de Zug tenga competencias para ordenar el registro de oficinas en Zurich” completó el vocero.
Hildbrand acusó en mayo pasado a seis ex ejecutivos de ISL de fraude y malversación de fondos, cargos por los cuales podrían pasar hasta 10 años en prisión, penas que podrían ser reducidas si entregan voluntariamente información sobre los sobornos que se hayan pagado, y a quién. “Nadie de la FIFA –aclaró Herren– ha sido acusado.”
Colaboraron: Andrew Jennings (en Inglaterra) y Jens Weinreich (en Alemania).