EL MUNDO › EL EX HOMBRE FUERTE DE LULA PERDIO SUS FUEROS PARLAMENTARIOS
Cayó Dirceu, el ex “superministro”
El Congreso de Brasil destituyó y privó de sus derechos políticos a José Dirceu, en el marco del escándalo de corrupción por los pagos de “mensualidades” del oficialista Partido de los Trabajadores.
Por Darío Pignotti
Desde San Pablo
José Dirceu, quien por 30 meses controló las palancas del gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, perdió ayer sus fueros parlamentarios y, hasta 2016, sus derechos políticos. Ayer por la tarde, tras una batalla política y jurídica de dos meses que amenazó desembocar en un conflicto de poderes, el Congreso finalmente fue autorizado por el Supremo Tribunal Federal y acto seguido los diputados votaron (293 por sí frente a 192) por la destitución del ex ministro jefe de la Casa Civil (equivalente a Interior), acusado de tutelar el “mensalao”, una red de corrupción con la que el Ejecutivo habría comprado decenas de legisladores.
Antes de que se iniciaran los alegatos parlamentarios sobre la culpa y la inocencia del acusado, en las primeras horas de la tarde todas las miradas estaban sobre el Supremo Tribunal Federal, donde los ministros debatieron una apelación presentada por los abogados de Dirceu para impedir que su caso fuera al Plenario. El máximo tribunal halló fallas de procedimiento en la Comisión de Etica y Decoro Parlamentario, pero no hizo lugar a la moción de Dirceu. Una de las tantas maniobras jurídicas que impulsó para diferir la votación y ganar tiempo político para fortalecer su defensa. Sabiendo que su situación era comprometida, el ex hombre fuerte del gobierno de Lula subió al estrado blandiendo su “biografía política” iniciada en los años ’60, cuando dirigió la resistencia estudiantil frente a la dictadura. Por ese pasado, sostuvo, algunos quieren condenarlo aunque no haya pruebas en su contra. “No es verdad que participé de negociaciones financieras como dice el señor Duda Mendonca (marketinero de Lula que admitió recibir dinero ilícito) o como Valdemar Costa Neto (ex diputado del Partido Liberal que renunció para evitar la casación y poder candidatearse nuevamente)”.
“No quiero clemencia, quiero justicia”, aseguró el ex ministro al lanzar una apelación corporativa a sus colegas, a quienes advirtió que si es desaforado por revancha, otros podrán correr igual suerte.
La derrota de Dirceu en la Justicia y la posterior sesión parlamentaria en Brasilia ocurrían poco después de que Lula se reencontraba con Néstor Kirchner en Puerto Iguazú, dejando atrás meses de frialdad diplomática (ver pág. 3). Para Lula, la caída de su ex mano derecha será el próximo blanco de la ofensiva opositora. Un horizonte nada prometedor para quien piensa en ser nuevamente candidato presidencial en octubre de 2006.
Lucia Hipólito, politóloga cercana a la oposición socialdemócrata del ex presidente Fernando Henrique Cardoso, fue aguda al deconstruir la saga del ex ministro jefe de la Casa Civil. Lula puede perder más o menos credibilidad con la crisis por corrupción, pero le será muy difícil montar una máquina electoral sin Dirceu: cerebro de la mutación del PT en un partido de masas con proyección de poder y arquitecto de una maquinaria tan eficaz como inescrupulosa.
Joao Batista de Araujo, alias Babá, diputado del Partido Socialismo y la Libertad (PSOL) expulsado del PT en 2003, acusó a Dirceu de ser el “subcomandante de la corrupción”. Babá refutó al ex ministro que en su alegato sostuvo que las maniobras dolosas cometidas por el PT ocurrieron cuando ya no ocupaba cargos partidarios. Babá recordó que el propio Dirceu amenazó con sanciones a los disidentes que no votaran leyes como la que reformó el sistema previsional, un episodio que en su opinión prueba que preservó intacto su poder partidario mientras se desempeñó en el Palacio Planalto. Ante la silbatina de la bancada petista, Babá dijo estar seguro de que el comandante de la trama es, en verdad, el presidente Lula da Silva.
Ricardo Izar, presidente de la Comisión de Etica y Decoro Parlamentario que elevó al Pleno la propuesta de destitución, ironizó los argumentos de Dirceu. Se necesita una “santa ingenuidad” para creer que este “hombre todopoderoso del pasado”, a quien todos “temían en esta casa”, haya ignorado el “mensalao” (mensualidades) y la “caja dos” del PT, dijo Izar.
En defensa del ex ministro y ex presidente del PT habló el actual presidente de esa agrupación, Ricardo Berzoini, quien denunció una campaña montada por parte de los medios y la oposición lanzada a la carrera electoral. El explícito respaldo dado por el PT ayer hubiera sido impensable hace 6 meses, cuando estalló el escándalo de corrupción y cayó la anterior conducción partidaria, ligada a Dirceu. Ocurre que, privado de sus fueros, Dirceu ya anticipó que trabajará activamente en la reelección de Lula. “Volveré al llano, no como dirigente, como simple militante, la derecha no me va a doblar”, prometió una semana atrás Dirceu a una concurrida platea de camaradas. Aunque no lo admita en público, Lula, que llegó a distanciarse de su ex ministro, sabe que necesitará de Dirceu para reorganizar el aparato y la militancia.