Jürgen Klinsmann no especula con el estado físico de sus jugadores; son alemanes, no se cansan casi nunca. Y menos cuando no tienen que correr detrás de la pelota porque la maneja el rival, como les ocurrió en muchos tramos del partido contra Costa Rica. El técnico de Ecuador, el colombiano Luis Suárez, en cambio, reservó algunos titulares para el partido de octavos de final y menguó el poder ofensivo de su equipo. Las consecuencias están a la vista: un contundente 3 a 0 porque los dueños de casa no tuvieron problemas abajo y ya se sabe cuánto de poderosos pueden resultar arriba, cuando funciona el triángulo de Ballack con los dos de punta. Dos goles de Klose en el primer tiempo y otro de Podolski en el segundo confirmaron en la red de Mora una superioridad incuestionable.

La historia del partido pudo haber sido otra muy distinta si en la primera jugada los sudamericanos hubieran concretado una jugada en la que Kaviedes no pudo conectar un muy buen centro de Valencia. El susto pasó rápido y al ratito Klose anotó el primero y puso candado a cualquier fantasía de los de amarillo para rasguñar el empate. La jugada había nacido en una pelota medio pifiada por Schweinsteiger que dejó a Klose en muy buena posición para definir. Un poco de suerte siempre ayuda.

Un rato más tarde, Ballack respondió a toda su fama con un pase de potrero, empalando la pelota para Klose, que primero se la llevó con el muslo y lo que fuera, a lo Kempes, y después empujó la pelota contra el arco vacío. Curioso caso el de Miroslav Klose: en el Mundial de Corea-Japón se anotó con cinco goles, todos de cabeza, y ahora lleva cuatro tantos, todos con el pie. Su socio en ofensiva, el también polaco de nacimiento Lukas Podolski, cerró la cuenta en el segundo tiempo con un remate cruzado, después de una buena jugada de conjunto. Ecuador nunca opuso demasiada resistencia y por momentos vio pasar la pelota con la misma impotencia con que los checos la veían pasar ante los negritos de Ghana o los serbios contra los argentinos. La diferencia de tres goles pudo haber sido mayor, aunque sobre el final los alemanes bajaron un cambio y se limitaron a esperar el final.

Tres jugados, tres ganados, ocho goles a favor y dos en contra dicen mucho, pero más allá de los números, el juego de los dueños de casa se fue robusteciendo con el correr de los partidos y su poder ofensivo se mantuvo intacto. No brillan, no encandilan a nadie, no andan por la cancha prendiendo las lucecitas de colores de un caño o un sombrero, pero conocen los caminos al gol y saben bien de qué se trata a la hora de marcar, recuperarse si los gambetean y no dar ninguna pelota por perdida. Son alemanes que responden a la historia propia y con eso se fueron ganando la chapa de candidatos que no tenían antes de iniciarse el torneo. En la próxima se tendrán que cruzar con Suecia, en Munich, el sábado a las 5 de la tarde. Y si pasan los octavos tendrán que jugar con uno que venga del otro lado: Portugal, Holanda o, en una de ésas, Argentina. Pero para eso falta demasiado y ellos por lo menos no hacen ninguna clase de especulaciones. Hacen bien: para ganar un Mundial (y eso es lo que se proponen, naturalmente; ninguna otra cosa los conformaría) tienen que vencer a todos.

3-ALEMANIA

Lehmann; Friedrich, Mertesacker, Huth, Lahm; Schneider, Frings, Ballack, Schweinsteiger; Klose, Podolski.

DT: Jurgen Klinsmann.

0-ECUADOR

Mora; De la Cruz, Guagua, Espinoza, Ambrosi; E. Méndez, Ayoví, Valencia, Tenorio; Borja, Iván Kaviedes.

DT: Luis Fernando Suárez.

Estadio: Olympiastadion (Berlín).

Arbitro: Valentín Ivanov (Rusia).

Goles: 4m y 44m Klose (A); 57m Podolski (A).

Cambios: 46m Benítez por Borja (E); 63m Lara por Valencia (E); 66m Borowski por Frings (A) y Neuville por Klose (A); 68m Urrutia por Ayoví (E); 73m Asamoah por Schneider (A).