Miércoles, 21 de junio de 2006 | Hoy
Aún no hay acuerdo entre los forenses. La junta médica casi termina en escándalo. Los peritos de los acusados denunciaron coacción. Cada parte sostuvo a rajatabla su teoría. Hoy siguen.
Por Raúl Kollmann
La junta médica que debe dictaminar las razones de la muerte de Matías Bragagnolo no llegó a un acuerdo unánime, tal cual lo adelantó en exclusiva Página/12 en su edición de ayer. Es más, la reunión de ayer terminó en escándalo, cuando varios peritos de parte dejaron asentado que no los dejaron hablar y que fueron coaccionados. Los peritos oficiales sostienen que la pelea en la que Matías fue atacado por otro grupo desató una lesión cerebral, que a ello se agregó un cuadro de estrés extremo producto de la persecución, que ambos factores le produjeron problemas de respiración que se hicieron todavía más graves cuando el policía lo agarró del cuello y cuando los otros jóvenes intentaron hacerle tareas de reanimación. Pero, además, esos peritos oficiales señalan que Matías tenía problemas en el pulmón y en el corazón. Con ese diagnóstico, los peritos oficiales dejan abiertas todas las puertas, pero ponen cierto acento en culpar a los adolescentes que pelearon con Matías. Los forenses que representan a estos jóvenes se manifestaron en total desacuerdo con las conclusiones y dijeron que el color azul del cuerpo desde el cuello para arriba y la ruptura de las paredes (alvéolos) del pulmón, sólo se puede explicar porque Matías sufrió una asfixia mecánica y el único autor de esa asfixia pudo ser el policía que actuó en el caso.
En la junta médica de ayer se ratificaron dos enfrentamientos. El primero tiene que ver con las causas de la muerte de Matías y el segundo con los procedimientos con los que se realizó la pericia.
Los peritos que fueron puestos por los padres de los jóvenes imputados dejaron asentado que no se les permitió hablar y que no pudieron exponer, con la ayuda de programas de computación y el asesoramiento de dos médicos, uno estadounidense y otro británico, su postura sobre las razones de la muerte de Matías. Es más, se los obligó a dejar todos los elementos en la puerta de la Morgue, incluyendo celulares, apuntes y libros. Este clima enrarecido ya derivó –tal como anticipó este diario– en un pedido de la jueza María Teresa Salgueiro al Colegio de Abogados para que sancione a uno de los letrados de los jóvenes, Carlos Broitman. El defensor, a su vez, denunció a la magistrada por irregularidades en el mismo Colegio de Abogados y apunta al juicio político.
En cuanto a las razones de la muerte de Matías, ayer únicamente se leyó la postura oficial expuesta por el forense Fernando Trezza, quien había hecho la primera autopsia. Estos son los elementos clave:
- Matías tenía una neumonía en el pulmón, es decir una infección crónica. Además padecía hipertrofia cardíaca, o sea un corazón de mayor tamaño.
- El factor que desencadena la muerte es la pelea y la posterior persecución. Por algún mecanismo, que no está claro, en esa pelea se produce una lesión cerebral que de por sí aumenta en forma notable las dificultades de respiración.
- Ya boqueando, Matías llega al hall del edificio de la calle Ortiz de Ocampo 2882. Allí, el policía Luis Villegas lo redujo agarrándolo del cuello desde atrás, lo que dificultó todavía más la respiración.
- El episodio final de la tragedia lo protagonizaron algunos de los chicos y algún adulto cuando Matías se desmayó e intentaron reanimarlo. Al no hacerlo con pericia, le presionaron el tórax y ya la desesperación por encontrar aire produjo la ruptura de las paredes, la inundación de sangre del pulmón y la muerte.
Como se ve, esta postura del peritaje oficial deja varias puertas abiertas. Está claro para los forenses que Matías no hubiera muerto sin pelea, pero los jóvenes argumentarán que sin las patologías que tenía en el pulmón y el corazón tampoco hubiera muerto.
Los forenses de las familias de los imputados insisten en que Matías murió asfixiado en forma mecánica, es decir que alguien no lo dejó respirar. Ese alguien sería el policía, pese a que en la causa no hay testimonios concluyentes y creíbles que sostengan que el uniformado tomó del cuello por bastante tiempo al joven. Aquí también podrían entrar como factor decisivo las malas maniobras de reanimación.
La pelea entre las partes y con la jueza tendrá hoy al mediodía un nuevo capítulo.
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