Lanús parece haberse aferrado a la senda de los buenos resultados. Después de la victoria ante Corinthians en la Copa Sudamérica, el conjunto dirigido por Ramón Cabrero extendió su buen presente futbolístico y derrotó como visitante 2-1 a Quilmes. Luego de arrancar el partido en desventaja tras un prematuro tanto de Rusculleda, Lanús, con mayoría de suplentes, apeló a un buen funcionamiento colectivo y dio vuelta el encuentro con goles de Hoyos y Manicero. En Quilmes, en cambio, todo es preocupación: sufrió su novena derrota en once fechas disputadas y continúa sin poder ganar en el Apertura. El equipo conducido por Esteban Pogany estiró a 16 sus partidos sin triunfos y cada vez está más comprometido en su lucha por conservar la categoría.

El trámite del partido auguraba una buena tarde para Quilmes porque, a los 16 segundos, Rusculleda conectó de cabeza un centro de Torres y puso en ventaja al local. Después de sacar la primera diferencia, el equipo de Pogany se retrasó en el campo de juego y le cedió la iniciativa a su rival. Lanús, obligado a buscar el empate, arrinconó a Quilmes dentro de su área. Estuvo cerca de la igualdad, pero el cabezazo de Pelletieri salió cerca del palo izquierdo. Las buenas intenciones de los conjuntos se desvanecieron y el partido entró en un pozo: el local, refugiado en su campo, y Lanús, sin ideas para inquietar a Grosso. Ni una pared entre Manicero y Pelletieri, que terminó con un disparo del mediocampista, ni los continuos centros a los que apelaba el visitante fueron suficientes para llegar al empate.

La segunda mitad comenzó plagada de errores. Hasta que a los 11 minutos Lanús dio el golpe: Manicero envió un centro desde la izquierda que Hoyos conectó con un cabezazo que dejó sin reacción a Grosso. En esos momentos, el visitante mostró su mejor repertorio ante un rival que pagaba caro su planteo mezquino. Luego de una buena jugada personal, Acosta tiró un centro y Manicero, de cabeza, marcó el segundo gol. En desventaja, Quilmes recobró la memoria y se acordó de atacar, pero la poca claridad para generar situaciones facilitaba el trabajo de la defensa de Lanús. Con más garra que fútbol, el local hizo su último intento. Y pudo haber alcanzado la igualdad, pero Hoyos sacó una pelota en la línea. Con la contundencia como aliada, Lanús sumó su cuarto triunfo como visitante y continúa invicto jugando fuera de su estadio.