Ya hubo tiempo para recordar viejas victorias o recientes derrotas. Obviamente, en estos días también se utilizó infinidad de veces la palabra revancha al rememorar la fatídica e inexplicable caída en la Copa América de Perú en 2004.

Hoy Argentina y Brasil vuelven a verse las caras. Y otra vez en una final. Posiblemente la cabeza de Alfio Basile esté un poco más calma que la de Dunga debido a cómo fue el camino de cada uno al partido decisivo.

En los números, Argentina llega por encima de Brasil: porque ganó todos sus partidos, mientras que el rival perdió en su debut y empató en semifinales. En lo futbolístico también se llega un paso por encima del Scratch: porque las individualidades supieron funcionar en equipo y porque se mejoró en materia defensiva (no recibió goles en los últimos tres partidos).

Si la Copa se tratara de una ruleta en la que cada entrenador pone sus fichas para llevarse el premio grande, Basile ocuparía más la mesa: apostaría alguna para Verón –el líder silencioso–, otra para Mascherano –patrón indiscutido–, y unas cuantas más para Riquelme –estratega natural– y Messi –el distinto–. Dunga, por su parte, posiblemente se jugaría a pleno por Robinho, su arma más peligrosa en este torneo ante la ya trillada ausencia de Ronaldinho, Kaká y compañía.

Por todo esto, el entrenador brasileño asegura que los de Basile hoy son favoritos y cambia su esquema, olvidándose del enganche y optando por otra pieza en la contención. “Argentina juega muy bien, tiene grandes jugadores y merecía estar en la final. Por lo hecho hasta aquí creo que son los favoritos”, dijo Dunga. Mientras que por el costado blanquiceleste asumen ese compromiso ganado en la cancha, y jugarán los once de memoria, los que ganaron 3-0 ante México. “Eramos favoritos antes de venir y seguimos siendo favoritos ahora en la final”, dijo Mascherano, mientras que Cambiasso declaró: “A los jugadores que vinieron de Brasil no los eligieron el calle, no hay que faltarles el respeto”. El Coco eligió sólo dos palabras pero fue claro y contundente. Encerró en el “estoy feliz” su sentimiento en la previa y su alegría ante el buen nivel evidenciado.

“Todavía nos falta un paso más, la finalísima. Recién mañana (por hoy) se sabrá quién es el mejor”, agregó.

Así está planteado este gran clásico mundial que tendrá cita hoy en la calurosa Maracaibo en el marco de la final de la Copa América. Argentina, sin saber aún si se quedará con la final, ya ganó más que Brasil en este torneo. Consiguió consolidar a Messi y le dio las responsabilidades que su nivel amerita, logró el retorno en su máxima expresión de Riquelme, encontró en Verón un buen socio tanto para los de arriba como para los de abajo y afianzó circuitos defensivos con Ayala como referente y capitán.

Hoy, desde las 18, se buscará dar el último paso y cerrar un buen desempeño con un triunfo justamente ante Brasil. “Hicimos 50 puntos de rating, se ve que algo debe gustar, gracias a Dios”, dijo Basile en la previa de las semifinales. Esta tarde la aguja avanzará más aún, esperando que el final sea como el de los últimos encuentros. En caso de consagrarse campeón, Argentina quedaría como el máximo ganador del ámbito sudamericano con 15 títulos, uno más que Uruguay, y Basile sumaría su tercera copa, después de las conseguidas en Chile 1991 y Ecuador 1993.

Pero sobre todo serviría para disfrutar de un logro a nivel Selección, algo que tanto los jugadores como el cuerpo técnico y los hinchas añoran.