José Sanfilippo lo cuenta con orgullo. Cuando se desarmó el Gasómetro de avenida La Plata, el goleador reaccionó rápido, como lo hacía en el área. Consiguió tablones y, en el patio de su casa, armó una minitribuna con las maderas originales en la que los hinchas tanto vibraron con sus goles. Pero no es el único lugar en los que se pueden encontrar las preciadas tablas. En 1985, Aldo Monti y Héctor Pereira, hinchas de San Lorenzo y dirigentes de El Linqueño, un club que milita en el Argentino B, compraron los viejos tablones para renovar el estadio del equipo que hoy es dirigido por Cayetano Rodríguez, ex ayudante de César Menotti. Hace unos años, Coprosede mediante, la cancha del conjunto albiazul volvió a ser remodelada, con la colocación de bloques de cemento, por lo que apenas una pequeña porción mantiene los tablones del estadio en los que en su momento jugaba la Selección Argentina. Para cerrar el círculo, el resto de los tablones llegó a un lugar santo para su último destino. En Merlo, San Luis, la iglesia de la ciudad cobija parte de la estructura del Viejo Gasómetro. Como para que el padre Lorenzo Massa se sienta orgulloso.