Suele decirse que los clásicos empiezan a jugarse una semana antes. En este caso, el clima hostil comenzó a gestarse con anterioridad. El pasado 5 de abril, después del partido ante Liga de Quito, algunos hinchas de Independiente destruyeron la pizzería Los Maestros, donde para la barra de Racing. Por dicho motivo, los violentos cruzaron amenazas en los foros partidarios. Afortunadamente, ayer no se registraron desmanes entre las parcialidades, pero los jugadores de Independien-te fueron recibidos con una macumba en el vestuario, que estuvo inundado de vinagre y mostró cruces rojas pintadas en las paredes, las cuales, se presume, fueron dibujadas con sangre.

Si algún desprevenido viera el marco en el que Racing saltó al campo de juego, pensaría que se trataba de la final del campeonato. Los hinchas detonaron varias bombas de humo de color celeste y blanco, que dificultaron la visión durante varios minutos e impregnaron el estadio de olor a pólvora. Cuando los ayudantes lograron correr del campo de juego la inmensa cantidad de papelitos, empezaron a llover las serpentinas. Sobre el final del partido, los hinchas de Independiente permanecieron en las tribunas, con el objetivo de hacerle frente a la burla general de los hinchas académicos.