Tomó el micrófono del locutor y descargó toda la tensión contenida con un exabrupto: “Les rompimos el orto, la puta madre...”. Carlos Delfino vivió de manera especial la final ante Brasil, y así lo hizo sentir. Luego se prendió a los festejos en el micro, cuando Andrés Nocioni, a pesar de su tobillo lesionado y junto con Leo Gutiérrez, sacó medio cuerpo por la claraboya y bañó de champagne al grupo de 200 hinchas que se había quedado para vivar a sus ídolos y había cortado la avenida Juan B. Justo, a la espera de que se uniera el resto del plantel. Pero, más allá de esa euforia, el escolta santafesino tuvo tiempo de analizar el significado que tuvo el título para el plantel. “Esperábamos este torneo por el resultado, para ganar delante de esta gente que siempre nos apoya”, arrancó Delfino. “Hubiésemos querido ganar todos los partidos por 20 puntos, no errar, jugar y funcionar mejor como conjunto. Pero el equipo tuvo que sortear muchos obstáculos, y la verdad que los sufrimos. Estamos todos muy contentos, pasamos por muchas emociones: por momentos estuvimos eufóricos, por momentos intocables, por momentos parecía que éramos los peores, aunque salimos primeros y pudimos festejar con todos”, comentó el jugador de Milwaukee, que anotó 16 puntos en la final.

Como el resto de sus compañeros, Delfino hizo referencia a la presión que sintió el equipo, a pesar del título. “Estuvimos muy nerviosos, porque muchos de nosotros nunca habíamos jugado en la Argentina y, hacerlo delante de todos, era una cosa nueva. Ganamos partidos fáciles jugando mal; después nos cruzamos con rivales mejores y nos costó horrores, porque el funcionamiento no fue el que todos queríamos. Ganamos jugando feo, pero también vale. Todo el mundo hablaba de ganar jugando lindo, con todas las estrellas, tirando fajas... Cuando se sufre, vale doble. Es mucho más lindo ganar de la otra manera, pero así se festeja mucho más”, resaltó Delfino.

Sobre la final ante Brasil, el santafesino no dudó en calificarla como el partido soñado. “No veníamos jugando de la mejor manera, Brasil nos había ganado y había que sacarse la mufa”, sostuvo Delfino, que ya se ilusiona con otra actuación inolvidable para Londres: “Somos un equipo longevo, pero que tiene un corazón y unos huevos terribles. Sé que vamos a jugar mucho mejor y que vamos a ir por la medalla”.