Domingo, 27 de julio de 2008 | Hoy
ECONOMíA › EL INDEC TENDRA UN GRUPO DE ECONOMISTAS NOTABLES PARA DISEÑAR UN NUEVO INDICE DE PRECIOS A PARTIR DE ENERO
Es una de las medidas que preparan la Presidenta y Massa. También hablan de masivos créditos para pymes, medidas impositivas y un paquete que frene la inflación.
Por Roberto Navarro
La presidenta Cristina Fernández tiene decidido implementar un nuevo índice de inflación. La jugada forma parte de una serie de medidas que vienen analizando la primera mandataria y el flamante jefe de Gabinete, Sergio Massa, para relanzar el Gobierno. Según señalaron altas fuentes del Ejecutivo a PáginaI12, la iniciativa tiende a “terminado el conflicto con el sector agropecuario, comenzar a transitar un período de gestión más en línea con los reclamos de la ciudadanía”. Para diseñar el nuevo indicador de precios se conformará una junta de asesores de prestigio, entre los que se espera contar con los economistas Aldo Ferrer y Héctor Valle, entre otros. El nuevo índice debería estar listo para comenzar a utilizarlo desde el 1º de enero de 2009. La Presidenta también dio el visto bueno para que el ministro de Economía, Carlos Fernández, avance en un paquete de medidas para frenar el alza de precios. Por otra parte, esta semana se trabajó en la letra fina del Acuerdo del Bicentenario, que –esperan– sirva para generar un nuevo clima de negocios en el país.
Tanto la Presidenta como el jefe de Gabinete piensan que la mayor preocupación de los argentinos es la inflación y creen que en los últimos meses esta fue empujada por el aumento de los commodities a nivel internacional y el conflicto con el campo. Pero también entienden que la diferencia entre lo que señala el actual índice de inflación y la percepción de la sociedad está corroyendo la credibilidad del Gobierno. Por eso la decisión de avanzar en una modificación del indicador que elabora el Indec. Otra certeza de la Presidenta es que el Ejecutivo debe volver a marcar la agenda económica y social. De ahí la idea de trabajar en distintas medidas y comenzar a enviar al Congreso iniciativas del Ejecutivo. Las primeras serán la Ley de Reinversión de Utilidades, la de movilidad previsional y un nuevo proyecto de ley de arrendamientos.
Los principales cambios que se vienen son los siguientes:
En principio, la idea que se maneja en el Ministerio de Economía es crear dos índices de inflación minorista (IPC). Uno de ellos no incluiría la energía. También afirman que es necesario tener en cuenta el incremento de los pagos de la deuda pública que están atados al IPC. Cambiar el índice sin antes bajar la inflación podría aumentar las erogaciones anuales en más de mil millones de dólares. Uno de los nombres que suena para formar parte del equipo de asesoramiento señaló a este diario que la implementación del nuevo índice puede realizarse en sesenta días. Y “que sería mejor ponerlo en marcha cuanto antes”.
El diagnóstico del equipo económico es que la causa fundamental del actual proceso inflacionario es una fuerte asimetría entre el incremento de la demanda y la evolución de la inversión que motoriza la oferta. Por eso prepara un plan de fuerte impulso a las inversiones. En los próximos días enviará al Congreso una ley de desgravación impositiva a las utilidades que sean reinvertidas. El proyecto apunta al universo de las pymes, que son el 95 por ciento de las empresas locales. Y propone que una parte de las ganancias que se reinviertan pueda descontarse del impuesto a las ganancias. Según fuentes de la cartera económica, la nueva legislación resultará “en un fuerte incentivo a mantener el capital obtenido en la empresa, ya que retirarlo será mucho más oneroso”.
También con el objetivo de aumentar la oferta de bienes y servicios se capitalizará fuertemente al Banco Bice, convirtiéndolo en un banco de desarrollo, con características similares al Banades de Brasil. El banco público saldrá al mercado con créditos para pymes a tasas del 8 por ciento anual, interés que comparado con la inflación resulta en una tasa negativa. Se intentará que el banco pase del actual capital de 600 millones de dólares a 1500 millones de dólares destinados al crédito pyme. Y la intención es apuntar a los sectores que necesitan aumentar su capacidad instalada para incrementar su producción. A la vez se invitará a que la banca privada aporte un capital similar para que los créditos sean otorgados un 50 por ciento por el Bice y la otra mitad por los bancos privados. A la vez se implementarán nuevas líneas de crédito del Banco Nación con tasas subsidiadas para los rubros que necesiten urgentes inversiones.
Otro elemento que se sumará a la lucha contra la inflación será la reducción del gasto público. En ese sentido, las primeras medidas que se preparan son una suba en las tarifas de gas, electricidad y transporte para disminuir los subsidios a las empresas que manejan esos sectores. También se estudia una suba gradual del precio del gasoil. Según datos de la Secretaría de Energía, el 40 por ciento de ese combustible lo utiliza el campo y otro porcentaje similar los vehículos particulares y taxis. En Economía piensan que subsidiar a esos sectores es una medida regresiva, en tanto aumenta el gasto y genera inflación, efecto que corroe principalmente el ingreso de los que menos tienen.
La suba de precios internos de los últimos meses, fundamentalmente la de los alimentos, golpeó sobre el poder adquisitivo de las clases baja y media. Para la primera, se trabajará para aumentar el haber mínimo en el Consejo del Salario, junto a los empresarios y los dirigentes gremiales. Respecto de la clase media, finalmente, se decidió aumentar el mínimo no imponible del impuesto a las ganancias a los trabajadores y eliminar la tablita de Machinea. Esta tabla hace que a medida que aumenta el sueldo de los empleados menos deducciones del impuesto –como cónyuge, hijos y otras cargas de familia– se puedan practicar. La medida redundará en un inmediato aumento del salario de bolsillo de los trabajadores. Por ejemplo, un empleado con familia tipo que gana más de cuatro mil pesos recibiría 140 pesos más por mes.
El nuevo secretario de Agricultura ya está trabajando en un nuevo esquema de retenciones a las exportaciones agropecuarias (ver aparte). Pero la mayor preocupación del funcionario es poder congeniar sus ideas sobre el sector con el resto de las políticas macroeconómicas. El secretario Cheppi plantea cuatro puntos esenciales que, afirman sus colaboradores, serán el eje de su gestión. Señala que es imprescindible tomar en cuenta la asimetría que existe entre la productividad del campo, derivada de sus ventajas comparativas, y la de la industria. Para equilibrarla hace falta un tipo de cambio competitivo y retenciones. También cree que es imprescindible mejorar los términos de intercambio, sumando valor agregado a la producción agropecuaria. El tercer punto es encontrar la forma de compatibilizar los temas comer/exportar. Y por último impulsar un fuerte crecimiento del sector, manteniendo la sustentabilidad del suelo.
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