Jueves, 19 de noviembre de 2009 | Hoy
ECONOMíA › ACUERDO DE BUENAS INTENCIONES PARA SALDAR LA DISPUTA COMERCIAL, PERO SIN LOGRAR UNA SOLUCIóN DE FONDO AL INTERCAMBIO
No habrá bloqueos a camiones ni barreras paraarancelarias, pero todavía no hay acuerdo para evitar una disputa entre ambas industrias. Marco político para seguir discutiendo.
Por Sebastián Premici
Desde Brasilia
Los gobiernos de Argentina y Brasil no terminaron de solucionar sus diferencias en torno de la regulación del comercio entre ambos países. El encuentro bilateral realizado ayer en el Palacio Itamaraty entre la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y su par brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, sirvió para que ambos mandatarios idearan un ámbito político en el que, cada 45 días, se reunirán los cancilleres y ministros de Economía e Industria de ambos países, para buscar una solución a los conflictos sectoriales. Fue una respuesta “políticamente correcta” frente a la actual tensión comercial. En este marco y por fuera de la declaración final del IV Encuentro Presidencial de Integración y Coordinación Bilateral, los mandatarios firmaron una declaración conjunta donde se comprometieron a entregar las licencias no automáticas de importación en un plazo no mayor a sesenta días.
En concreto, Argentina tuvo que ceder en su política de dilatar la entrega de las licencias, algo que llevó al gobierno de Lula da Silva a bloquear el ingreso de camiones con productos argentinos a su país. Durante los discursos de cierre de la cumbre bilateral, Lula aseveró que “el proteccionismo no genera soluciones”. Por su parte, la presidenta Fernández de Kirchner auspició “encontrar los mecanismos e instrumentos políticos que ayuden a ambos países a seguir creciendo y resolver sus conflictos sectoriales”.
El encuentro entre mandatarios comenzó casi una hora después de lo previsto. Primero estaba pautada la reunión entre los presidentes, pero como Lula llegó tarde, la jornada comenzó con la reunión de trabajo, donde se analizaron los temas vinculados con la regulación comercial. En la reunión conjunta participaron Fernández de Kirchner y Lula, junto a sus ministros.
El principal tema de negociación fue el conflicto comercial entre ambos países. La salida política que encontraron Argentina y Brasil consistió en establecer reuniones periódicas entre los ministros de Economía, Industria y Relaciones Exteriores de ambos países. En este ámbito, los funcionarios deberán encontrar la forma de evitar “impactos adversos de aumentos sustanciales de importaciones de determinados sectores”.
Según fuentes cercanas a las negociaciones, Brasil le pidió a la Argentina que “dejara de lado el reclamo por la cantidad de productos que entran en el país”. Para dejar más clara esta posición, Lula indicó durante su discurso que la Argentina debía “procurar una mayor industrialización y producción” propia en vez de restringir la oferta del vecino.
Dentro de las negociaciones, los dos países se comprometieron a otorgar las licencias no automáticas en no más de sesenta días, algo que cortó de cuajo con las dilaciones que estaba aplicando Argentina para una serie de productos. Además, se deberá establecer un mecanismo de publicidad y transparencia para esas licencias “con suficientes antelación para evitar la interrupción de los flujos comerciales”. Por otro lado, Argentina se comprometió a no dilatar la entrada al país de aquellos productos estacionales elaborados en Brasil, e idéntico compromiso asumió Brasil respecto de productos perecederos argentinos.
“Ambos países somos socios, pero Argentina no puede desconocer la escala económica y el continuo proceso de industrialización de Brasil. En esta relación hay un socio mayor y otro menor. Sin embargo, tenemos que mirar el conjunto de los resultados con Brasil”, manifestó Fernández de Kirchner, quien a su vez abogó por una relación estratégica entre ambos gobiernos.
Si bien los dos presidentes elogiaron la estrecha relación comercial que los une –y aclararon que las diferencias comerciales son una pequeña cuota de toda la relación entre ambos–, el discurso de Lula da Silva contó con la sutileza de pedirle al gobierno nacional que frene con el proteccionismo. “Se tiene que dar un mayor aumento de las exportaciones argentinas y no la disminución de las exportaciones brasileñas hacia el país vecino. Más comercio y más negocios son la clave de una integración productiva. El proteccionismo no genera soluciones”, enfatizó Lula.
“Todas las negociaciones de esta naturaleza son muy complejas.” Este fue el resumen que hizo un alto funcionario de la Cancillería, luego del encuentro entre Fernández de Kirchner y Lula Da Silva.
“En negociaciones de este estilo, alguien tiene que perder. No digo un país, sino un sector. Y cuando se produce esa pérdida, el gobierno debe saber compensar al perdedor”, señaló a Página/12 el senador brasileño Cristovam Buarque, ex ministro de Educación de Lula y ex gobernador de Brasilia.
Un día antes de la cumbre bilateral, el funcionario Enio Cordeiro, quien asumirá como nuevo embajador brasileño en Argentina en reemplazo de Mauro Vieira, que pasó a la embajada en Washington, aseveró ante el Senado de su país que “una solución inmediata sobre las diferencias comerciales entre ambos países era imposible”. Sin decirlo con las mismas palabras, éste fue en parte el espíritu de la declaración conjunta firmada por ambos gobiernos.
Fernández de Kirchner y Lula acordaron que mantendrán reuniones bilaterales cada noventa días, donde se le dará un seguimiento al trabajo de la Comisión Ministerial, con el “propósito de asegurar los objetivos de un espacio económico integrado y dinámico”. El próximo encuentro será en Buenos Aires. Según indicó Lula durante su discurso, este encuentro tendrá como eje las inversiones y el financiamiento brasileño en el país, “dos temas centrales para equilibrar la balanza comercial entre ambos gobiernos”.
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