Miércoles, 25 de noviembre de 2009 | Hoy
ECONOMíA › LA CONSTRUCCIóN CONFíA EN LA OBRA PúBLICA PARA RECUPERARSE, PERO RECLAMA REGULARIZAR PAGOS
La Presidenta de la Nación y el ministro de Planificación clausuraron ayer la convención anual de la CAC con discursos auspiciosos, donde la obra pública aparece como nave insignia del Gobierno. Muchos aplausos y algunos reclamos.
Por Cledis Candelaresi
“Viene un ciclo de crecimiento económico importante. Y quizá la participación del sector en el PBI no será del 13, sino del 15 por ciento o más”, entusiasmó Cristina Fernández de Kirchner ayer a los concurrentes, hacia el final de un discurso de tono tranquilo y optimista con el que clausuró la Convención Anual de la Cámara Argentina de la Construcción. Los empresarios que colmaron el salón Libertador del Sheraton Hotel la aplaudieron con ganas, al comienzo y al final. Tenían razones. A pesar de dificultades fiscales, la obra pública crecerá el año próximo un 21 por ciento, en parte gracias al aporte de los recursos de la Anses, compensando así el retraimiento que observó este año la actividad privada. Para el sector de la construcción, 2009 no fue el mejor año, pero estuvo lejos de las angustias que afectaron a otros rubros. Lo que amaga opacar ese horizonte auspicioso es la demora en los pagos de algunas obras estatales que, en el caso de Vialidad Nacional, involucra un monto cercano a los 2000 millones de pesos.
Este punto fue sugerido en el discurso de apertura del titular de la Cámara, Enrique Wagner, dueño de Esuco, destacada contratista del Estado, cuando señaló que “no podemos soslayar la preocupación que nos transmiten varias de nuestras delegaciones provinciales referidas a las demoras excesivas en los pagos, debido a las dificultades presupuestarias y a la decisión de instrumentar el pago con bonos”. Los otros puntos vulnerables, según el presidente de la CAC, es “la actual reducción de la obra privada” y la retracción del empleo.
Pero como reconocen los propios hombres del sector, se trata de un impacto moderado de la última crisis, que ni siquiera todos evalúan del mismo modo. Para algunos técnicos de la CAC, en el año en curso se registra una “leve retracción”, que será superada el próximo año cuando de las arcas estatales y de los bolsillos particulares se volcarían 130 mil millones de pesos para nuevas obras, con lo que la construcción llegaría a representar el 13 por ciento del Producto Bruto Interno del país.
Para el desarrollador Eduardo Gutiérrez, del pujante Grupo Farallón, sólo puede hablarse de “un amesetamiento” en la actividad privada, que en las últimas semanas empezó a desperezarse con la puesta en marcha de varios proyectos. Ni hablar de las edificaciones para el sector ABC1 como Puerto Madero, que a su juicio fueron casi indiferentes a los cimbronazos de la crisis internacional.
“Vamos a seguir invirtiendo en infraestructura”, sentenció ayer la Presidenta, quien citó al sector de la construcción como “un ejemplo de articulación entre los empleadores y los trabajadores”. Poco antes, el ministro de Planificación, Julio De Vido, había dado algunas pruebas del espíritu keynesiano que anima a la gestión K al detallar las inversiones ejecutadas y en curso en todos los segmentos, empezando por el sector energético, área en la que el Estado fue ganando el protagonismo que perdieron las empresas privadas. Hizo especial mención al gasoducto fueguino, obra de 1000 millones de pesos que se inaugurará en enero, dos meses antes de lo previsto. Y destacó el incremento en quince veces de la inversión estatal en el sistema carretero desde 2003 a la fecha.
El cielo, sin embargo, no está totalmente despejado. Los 8300 millones de pesos que el Estado nacional destinó el año en curso a esos emprendimientos viales, por ejemplo, no garantizaron el pago a término de todos los certificados de obra que emitió el núcleo de firmas que hacen obras en el renglón. En otros casos hay demoras en el inicio de obras que ya se adjudicaron en el marco del prometedor Plan para Todos los Argentinos, que la Presidente anunció el año pasado.
La obra pública resultó vital para mantener el nivel de actividad y promete ubicarse en 2010 en el 4 por ciento del PIB. Pero no representa más de un tercio de la actividad y, aun así, está lejos del 7 por ciento que destina Estados Unidos, según destacaba ayer Munir Madcur, quien presidiera la cámara durante la gestión de Carlos Menem.
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