“Ante la operación mediática de la crispación tenemos que ofrecer más obras, más ladrillos. Es una operación de quienes tienen miedo de que sigamos con este proceso. Pero o seguimos este camino de los 50 mil millones de pesos (de obra pública por año) o volvemos al de los 700.” Subiendo notoriamente el tono de voz, Julio De Vido clausuró así su exposición que consistió en un detalle exhaustivo de toda la obra pública en proceso. La sentencia sonó a una apelación para defender la gestión de gobierno para el sector. “En nuestro modelo de desarrollo hay una fuerte inversión pública”, subrayó el ministro de Planificación antes de enumerarlas, poniendo énfasis en cómo el creciente aporte de fondos públicos permitió un presupuesto de 10.300 millones de pesos en viviendas para 2010 o cómo el Gobierno supo comprometer recursos privados para proyectos mineros que pasaron de 18 en 2003 a los 400 actuales.