Domingo, 16 de mayo de 2010 | Hoy
ECONOMíA › BOUDOU VUELVE A ROMA BUSCANDO LA ADHESION DE INVERSORES CHICOS
Al intento de convencer a los pequeños bonistas, se suma el lanzamiento del bono para obtener nuevos créditos. Se esperan los resultados del tramo mayorista.
Mientras hace las cuentas finales sobre los resultados de la adhesión de los acreedores mayoristas al primer tramo del canje de títulos, que cerró el viernes pasado, el equipo económico encara otra semana activa en materia de definición de su programa financiero. Amado Boudou partió ayer rumbo a Italia buscando sumar adhesiones entre los bonistas minoristas, y a su vez con el propósito de atraer a financistas que le presten a la Argentina a una tasa menor al 10 por ciento. Entre martes y viernes de esta semana se definirá el precio de emisión de los bonos Global 2017 y el monto a colocar. De resultar auspiciosa esta colocación, además de representar la vuelta al mercado internacional como tomador de crédito, Argentina tendría un 2010 y 2011 más aliviados en términos de pagos netos al exterior.
Las estimaciones sobre la proporción de adherentes en el tramo mayorista eran, hasta ayer, optimistas en el ambiente económico, aunque carentes de datos certeros. Los acreedores institucionales –bancos y fondos de inversión con títulos en default– hicieron colapsar con sus presentaciones los mecanismos de inscripción de adherentes, aseguró el ministro el miércoles, por lo cual se extendió en 48 horas el plazo. El viernes se cumplió el mismo y los responsables de la cartera económica que permanecieron en Nueva York estimaban que podría haberse superado el 60 por ciento. Recién al iniciarse esta semana se conocerán los datos definitivos.
Boudou contará con la información fehaciente –hoy llega a Roma con informes preliminares–, recién cuando esté instalado en la capital italiana y haya iniciado la ronda de demostraciones –road show– con representantes de pequeños tenedores de títulos argentinos en default (menos de 50 mil dólares por inversor). Los 150 mil bonistas –o quizá menos– representan una porción menor del monto global de deuda a normalizar (no alcanza al 10 por ciento, entre valor nominal e intereses caídos que se reconocerán), pero lograr una adhesión masiva en este tramo tiene un valor esencialmente “moral y prospectivo”, según escriben fuentes oficiales. Moral, porque en muchos casos fueron pequeños inversores “engañados” al hacerles suponer que los bonos argentinos eran una excelente alternativa de inversión con alto rendimiento, cuando el default ya era previsible, y “prospectivo” en el sentido de que una elevada aprobación de los bonistas menores descalificaría eventuales futuros litigios que alienten grandes especuladores que no hayan adherido al canje.
La oferta del canje permanecerá abierta hasta el 7 de junio, pero por varias razones los próximos días son decisivos. Resuelto en buena medida el tramo mayorista, al conocerse los resultados de las inscripciones al viernes pasado habrá una primera evaluación relevante. Si no se hubiera superado el 50 por ciento, sería necesario un esfuerzo extremo en las tres semanas que restan. Al promediar la semana, la conducción económica podrá tener, además, una evaluación del clima de recepción de la oferta por los pequeños bonistas. Aunque se sabe que el universo de bonistas está distribuido en varias capitales financieras europeas, de Estados Unidos y el Asia (Japón), también se verifica que el grueso de los minoristas se referencia en Italia. Finalmente, esta semana será la presentación de la oferta de bonos para la captación de fondos frescos en el mercado: una medición del grado de aceptación del país como deudor en el sistema.
La consultora Delphos, conformada por un ex gerente de JP Morgan (Martín Benegas Lynch) y jóvenes profesionales estrechamente vinculados con el mercado de capitales, le asignó “elevadas chances” a la propuesta argentina de emisión del nuevo bono Global 2017. Las condiciones actuales del mercado, señalan, hacen atractivo el bono por su precio y acercan al Gobierno a la posibilidad de obtener fondos (aunque quizá menos de los 1000 millones de dólares propuestos) a una tasa de interés no superior al 10 por ciento.
La misma consultora estimó que los servicios que deberá afrontar el Tesoro Nacional por efecto del canje ascenderían a 1900 millones de dólares entre este año y el próximo. El balance surgirá de la diferencia con los beneficios que se consigan cuando el país deje atrás, los efectos financieros del período cerrado en diciembre de 2001.
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